Un lugar de encuentro

Quedar con algún amigo en la plaza de la Bastille resulta bastante interesante y más cuando el punto de encuentro es la gran escalera de la Ópera.

Eso hice algunas veces el sábado por la tarde y cuando llegué con antelación me senté en la escalera para contemplar el espectáculo de la plaza.

En esta zona se juntan muchos adolescentes de una tribu que no sé identificar pero cuyos códigos indumentarios no tienen desperdicio.
Pálida, vestida de negro con los ineludibles piercings, alguna chica destacaba por las discretas cintas rojas atadas a sus medias al nivel de las rodillas.
Pálido con el pelo casi blanco, vestido de negro, su acompañante parecía salir de una novela de vampiro.
Más divertida, una moza algo carnosa lucía medias tipo burlington con chaqueta de cuadros, con un no sé que de Lolita.
Más llamativa, otra muchacha exhibía un peinado impresionante, con pelo rosa y todos los complementos imprescindibles para conseguir el total look.

Tras contemplar estos personajes más de media hora, confieso que sentí cierta admiración por la energía dedicada por estos adolescentes para componer estas aparencias tan rebuscadas.

Repetí la experiencia entre semana al atardecer y el espectáculo, aunque diferente, resulta también bastante interesante.

Destaco primero la colección de melómanos que acuden a la Ópera. Los angustiados llegan con mucha antelación, hurgando en los bolsillos en busca de los preciosos sésamos. Los optimistas llegan justo después, con la idea que van a encontrar entrada en el último minuto cuando se cerraron las ventas varios meses atrás. Los acostumbrados llegan puntualmente con la tranquilidad de la experiencia. Los novatos se equivocan de entrada y los tardones llegan sin aliento para salvar la noche.

Y en medio de este movimiento, varios seres esperan la cita del momento.

Para los que quedaron con un conocido, el problema se limita a ubicarlo en medio de todo este movimiento.
Pero también se ven algunas personas cuya cita resulta menos evidente.
Y por los movimientos y las dudas, sospecho que la gran escalera es uno de los sitios que los feligreses de internet eligen a la hora de desvirtualizarse.
Desgraciadamente, mi cita del día llegó a la hora en punto y no pude seguir observando. Pero la verdad es que la espera se me hizo muy corta.

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5 respuestas a Un lugar de encuentro

  1. Monica dijo:

    Hola, me encanta tu página, me está sirviendo de mucha ayuda. Este verano vamos por primera vez a Paris unos dias y no conocemos mucho de la ciudad. Gracias.

    un saludo

  2. Jimmy dijo:

    Hola, me gusta mucho tu página. Tenés algun grupo en el facebook o se te puede agregar al msn? Me encanta París y tengo pensado ir aestudiar allí talvez el próximo año. Yo vivo en Buenos Aires.

    Muchas gracias por todo!!!

    Jimmy

  3. Maria dijo:

    Me encanta tu página. Viví 9 meses en París de Au pair hace 25 años, y voy a llevar a mis sobrinas un fin de semana en junio. No creo que me de tiempo de enseñarles mas que un poquitito de París, pero me encantan los detalles que das de la ciudad.
    Un abrazo

  4. mjm dijo:

    Cuando vivía en París ,mi amiga y yo quedabamos muchas veces en esa escalera. Un día nos confudimos y una esperó eternamente el la Place de la Concorde. Ese día no nos vimos. Espero que llegue pronto la primavera. Un saludo Caol.

  5. jlmartin63 dijo:

    si no eres como Mafalda y una noche de invierno te dan plantón en esa plaza, te recomiendo esto para recuperar el ánimo (y la temperatura corporal)
    Le bar à soupes
    33 rue de Charonne

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