Ayer fue la segunda vez que, en muy poco tiempo, me preguntaron porque las filas de mesas y sillas en las terrazas de café miran hacía la calle. Yo llevo tanto tiempo disfrutando de estas terrazas que ya tenía olvidado este detalle singular. Pero cuando lo pienso, no sólo es bien observado sino que también merece algunas aclaraciones.
Primero es preciso notar que en varios lugares las aceras son muy estrechas y entonces esta disposición es la única que cabe. Pero como se repite en espacios más amplios, tenemos que buscar otra explicación.
En casi todas las aceras que acogen terrazas de café se notan clavos, distantes de más o menos un metro, y que delimitan el espacio que el café puede ocupar en la acera. No son muy evidentes y a veces es preciso escudriñar el suelo para encontrarlos.
Según me explicó un camarero, los cafés pagan impuesto por invadir el espacio público y por supuesto cuanto más superficie, cuanto más cuesta. Entonces lo normal es maximizar el número de sillas y mesas y, si lo piensas bien, la disposición en filas, como en el teatro, es la que más conviene.
Y ya que hablamos de teatro también hablaremos de espectáculo: ¿Hacia donde podrían mirar las filas de sillas si no fuera hacia el espectáculo de la calle?
Personalmente confieso sin verguenza que me encanta pasar un rato en la terraza del Père Tranquille, al lado del Forum des Halles. Allí, en apenas media hora, te enteras de las últimas tendencias de la moda y pillas mucho más ideas que en las revistas más creativas…
Por cierto eso podrías conseguirlo desde cualquier puesto de observación bien elegido pero te perderías el placer del café y los comentarios de los camareros y de tus vecinos.
Al final, como somos muchos haciendo tiempo escudriñando a los transeuntes, prefiero olvidar el tema económico y considerar que la verdadera razón de esta disposición en filas es que los parisinos son unos cotillas empedernidos.
Por los años que llevo en París, tendría que formar parte de los «parisinos».
Pero me niego a compartir su frenesí ciega y prefiero seguir a mi ritmo.
¿Los parisinos «son»? O sea, que no te consideras parisina… Dudo mucho que ningún parisino haga tanto por «la ville» como haces tú 😉
Muchas gracias por esa mañana tan estupenda.
Un abrazo.