Esta semana, Marzo se puso muy suave y nos regaló varios días soleados.
El viernes tenía una nueva sesión de guía planeada por la tarde. Quedé con un amigo al lado del punto de encuentro y tras almorzar en otro sitio de barrio, pasamos un largo rato en una terraza, aprovechando este momento primaveral mientras controlaba que no llegaban los visitantes.
Mi amigo se fue y seguí esperando un ratito más ya que el concepto de horario varia mucho con las culturas y con las personas…
Así es como me encontré con una compañera de deporte, pasando por esta zona por cuestiones de trabajo. Este encuentro inesperado me pareció divertido aunque demuestre que uno ya no puede tener una vida diferente en cada distrito 🙂
Mis visitantes tuvieron la buena idea de olvidar la cita y al final volví a casa caminando.
Eso me dio la oportunidad de recorrer varias calles de oficinas y de comprobar que la gente que trabaja por allí es demasiado «formateada» para mi gusto.
Luego llegué al distrito 9 y visité metodicamente varias tiendas que me gustan sin encontrar lo que buscaba y sin cruzar a otro cliente…
Plaza des Abbesses un cuarteto tocaba jazz, contribuyendo al ambiente tan especial de esta zona. Los colegiales ya estabán invadiendo la calle así que salude a la virgen roja al pasar al pie del Sagrado Corazón, constaté otra vez que el mercado Saint Pierre entre semanas es muy agradable y terminé mi recorrido cansada pero muy contenta.
A veces sentirse bien es muy sencillo…
Yo cultivo un ritmo lento y cierta capacidad de maravillarme.
¿Será eso el truco?
Dí que sí, Caol, tu no necesitas a nadie para disfrutar de París. Es increíble como sigues encontrando rincones inéditos y cosas que llamen tu atención a pesar de llevar tanto tiempo viviendo allí.
En fin… ellos se lo pierden!
Un beso, y disfruta del fin de semana. Por aqui ya tenemos carlorcito.