Cuando contemplo los acontecimientos de estos últimos días lo que más destaca son los momentos de celebración futbolística y sus consecuencias para los que, como yo, no siguen este deporte.
El miércoles por ejemplo, me fui a cenar con un amigo, de improviso en un restaurante en donde recomiendan reservar y, evidentemente, había sitio. Total pude descubrir un nuevo sitio (le Bistrot Poulbot, 39 rue Lamarck) en donde proponen una cocina relativamente creativa por un precio razonable (+/-40€ por persona).
Cuando caminé rumbo a casa, noté que varios cafés mostraban el partido Chelsea/Barcelona y estos sitios concentraban toda la vida de la calle.
En la esquina del bulevar encontré a una prostituta, solita, y casi me paré para explicarle que no era el buen momento para conseguir clientes…
El sábado ocurrió otra celebración futbolística muy francesa ya que se disputaba la final de la Copa de Francia entre dos clubes bretones que separan 150 kilómetros.
Desembarco bretón en París y si improvisaron un Fest Noz en la estación de Montparnasse con gaiteros incluidos, también había agrupaciones en varios lugares y entre todos, en el bar de la esquina.
Ils ont des chapeaux ronds vive la Bretagne, ils ont des chapeaux ronds, vivent les bretons.
Tras escuchar los cantos durante toda la tarde del sábado, creo que me los sé todos. Pero había buen rollo y todo el barrio se asoció a esta alegría.
Y por la noche el veredicto:
Guingamp (liga nacional 2) derrota Rennes (liga nacional 1).
¡Viva el deporte!
Estimada Caol:soy María,de Santiago de Compostela y seguidora habitual del sitio y del blog…Debo confesarte que a mi me gusta el futbol y estos dias estoy pendiente del Barça pero también me resulta increible como se paralizan y se alteran las ciudades por algo tan banal…Bueno espero visitar París sobre el mes de septiembre y disfrutar una vez más de la «hermosisima ciudad»,como diria el cronopio…Seguiré leyendote…Salud 🙂