No formo parte de los fotodepresivos, estos desgraciados que padecen depresión temporal cuando no consiguen la cantidad de luz que necesitan, pero esta semana la disminución de la duración de los días me llamó la atención.
A pesar de salir a la misma hora de casa, el trayecto en mi autobus de siempre empieza a regalarme muchas imágenes que me encantan. Los comercios que abren temprano, iluminados en esta noche que se alarga, toman un encanto especial e incluso los más ordinarios llegan a tener cierta belleza.
Total, entre los millares de proyectos que tengo pendientes, añadí uno nuevo: hacer algunos recorridos caminando a la madrugada para sacar fotos.
¡A ver si consigo compartir estas emociones!
Antes de meterme en estos nuevos experimentos, hoy tocaba disfrutar del último domingo de apertura de la frutera de mi barrio.
Visitar su tienda formaba parte de mis rituales de los domingos pero entiendo perfectamente que tenga ganas de gozar con dos días seguidos de descanso.
Lo más gracioso de la historia es que empiezan con el cierre dominguero justo cuando el gobierno acaba de promulgar una ley autorizando el trabajo de los domingos en las zonas de interés turístico…
Será otro ejemplo del espíritu rebelde de Montmartre, una luz extra para alegrar el otoño.
Rosa, alterno momentos muy activos y tremendas crisis de pereza 🙂
Pero frente a tu petición, recopilé las fotos que tenía pendientes y acabo de publicar todas las páginas del mes de Julio: un edificio de Roux-Spitz, la casa rosa de Maurice Utrillo, el barrio de la Mouzaia, una silueta bailando y el defensor del tiempo.
Espero os gusten.
Hola Caol,
Que tal, veo que sigues muy activa, pero echo de menos tus fotografías, pues hace 4 meses que no nos deleitas con ninguna novedad fotográfica.
Los que tenemos nostangia de Paris, necesitamos las fotografias de esos rinconcitos. Pensaba que podría visitaros este año, pero la maldita crisis desmonta todos los sueños de los que nos tenemos que conformar con decir «mientras tengamos trabajo, no nos podemos quejar». Y que caramba, porqu’e no nos podemos quejar?. Claro que nos quejamos. estos de acuerdo con Ara, no tenemos ganas de viajar a Paris, tenemos necesidad !!!!. O sea que señores políticos hagan algo, necesitamos ver brotes verdes, o azules, o del color que sea, para poder movernos e ir a tomar aire a nuestro querido Paris.
O que a gusto me he quedado esbribiendo esto que diria gritando a los cuatro vientos, si sirviera para que los que me escucharan se unieran para poder hacer algo.
Caol, despues de estas reivindicaciones, solo me queda escribir que disfrutes tu de estos paseos, nos lo cuentes, mira si puedes añadirnos alguna fotito, y asi ayudarnos a psar la melancolía. Hasta pronto. Un abrazo.
Hola Caol.
A Manolo y a mi, el otoño es la estación del año que más nos gusta. El clima, tan agradable después del caluroso verano que tenemos por aqui, los colores, el olor a tierra húmeda y a hojas secas, los frutos de temporada: nueces, granadas, membrillos, uvas….
Recuerdo de nuestro 2º viaje a París, que fue en esa época, lo bonitos que estaban los jardines de Luxemburgo, con esa variedad de tonos marrones y ocres… ¡precioso!
¡Ay!, que me entra la nostalgia y las ganas…, No, no son ganas: la necesidad, de volver. Y por ahora no puede ser, así que disfruta tú por todos nosotros de esos recorridos y vuelve para contárnoslo, por favor.
¡Feliz otoño!