Esta semana amanecí rebelde, con la sonrisa guasona puesta y la chispa traviesa activada.
La primera que lo notó fue mi profe de gimnasia mientras interpretaba libremente el ejercicio que acababa de explicar. Como me preguntaba qué estaba haciendo, el duende que llevo dentro le contestó que estábamos midiendo el instinto del juego entre los microbios. Sobra decir que la chica renunció a encauzarme con un soberano «¡Estás en plena forma!».
El duende reapareció cuando me instalé en la terraza de café de la pequeña plaza semicircular que se halla en la puerta del teatro del Odeon. Esta noche tocaba el primer concierto del festival de jazz de Saint Germain des Prés y la llegada de los espectadores era en sí todo un espectáculo. El duende me enseñó gente más o menos disfrazada para el acontecimiento, algunas mujeres coquetas colgando del brazo de hombres con carteras, … se veía de todo y en las mesas de los alrededores se escuchaban todas clases de conversaciones.
Por fín llegó la hora de entrar en esa sala que no conocía y de escuchar a Richard Galliano y a sus cinco músicos clásicos, explorando temas de Bach y de Piazzola. Tocaron varios temas que adoro y si no fue el mejor concierto que escuché, fue una noche muy agradable.
El duende reapareció el sábado, cuando me instalé en una terraza de café. Sólo quedaba una mesa libre, así que me instalé al lado de dos estimables señores alemanes. Resulta que en esta esquina de la calle Quatre Septembre en donde hay esencialmente oficinas, el sábado es un día muy tranquilo. Pero aún así pasaron algunas mozas y mi duende no paró.
«mira esa con estas cadera pletóricas, seguro que los alemanes lo notan y lo comentan»
Y el duende acertó.
«mira la otra con la faldita tan cortita y con tacones que no le permiten andar, seguro que la escanean»
Y el duende acertó.
Desgraciadamente llegaron los paseantes del día y tuvimos que dejar de jugar.
Hoy el duende me despertó temprano así que pudimos recorrer los campos eliseos y descubrir la instalación de los agricultores cuando todavía no había demasiado gente.
Aquí os dejo la foto de lo que pude contemplar por la mañana.
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Muchas gracias por todo caol
El pasaje del Ancla se ve exclusivamente entre semana.
El pasaje Moliere es más accesible.
Si paseas por esta zona el domingo, recomiendo caminar rumbo al marais y pasar por la calle de los rosales y el museo Carnavalet cuya visita es gratuita.
Hola Caol. Espero poder ir este verano a París y estoy preparando mi viaje. Me gustaría ver alguno de esos ricones que tú nos muestras. Por eso te pregunto si los Pasages del Ancla y Moliere están abiertos los domingos que es el día que tengo previsto para visitar esa zona. No sé si este es el sitio adecuado para hacerte esta pregunta, pero no sé como hacerlo de otra forma. Gracias de antemano.