Esta semana tocó la primera huelga de la vuelta.
Basicamente el gobierno quiere aplazar el momento para jubilarse y aumentar el tiempo de cotización para conseguir una pensión completa. Y, por supuesto, los trabajadores protestan.
Ese día, en la estación de autobus, había más gente que los otros días y se armaron varias conversaciones…
Una anciana, cerca de jubilarse, explicaba a una trenteañera la amplitud del problema. Por lo menos intentaba explicarselo porque la joven no parecía muy receptiva.
Para ésta, el tema era ir y venir eficazmente entre su casa y su trabajo para controlar los deberes escolares de su hija, que ya llega al nivel en el que empiezan con las ecuaciones, y la madre flipaba porque no sabía si tendría el nivel suficiente para ayudar a su hija…
Por lo menos eso me contó la doña por una razón que no entiendo bien pero hay días así y lo normal es adaptarse…
Tuvimos que esperar el autobus casi media hora y finalmente todas estas tonterías acortaron la espera.
En la oficina, sólo había la mitad de la gente y entre los ausentes, contamos tres huelguistas y diez personas de vacaciones. Lo bueno de los días de huelga es que no hay mucha gente, nadie te molesta y eso deja tiempo para hacer un montón de cosas.
Al salir de la oficina, me metí en un largo recorrido para llegar a la Villette en donde tocaban Chucho Valdés y sus músicos con el saxofonista Archie Shep.
Este encuentro asombroso formaba parte del festival de jazz de la villette y fueron casi tres horas de música, con momentos inegales pero siempre salvados por la inverosímil fluidez de Chucho.
El resto de la semana fue una pesadilla de demasiado trabajo con largas caminatas algo sonámbulas para controlar el estrés.
El viernes al anochecer, se notaba que el ramadán ya se había acabado ya que la gente ya no esperaba la noche para comer o tomar una copa.
El sábado, con el rayo de sol y el tiempo verdaderamente veraniego, los parisinos volvieron a salir de compras y a invadir las terrazas de los cafes. Había mucha gente paseando por la calle Daguerre, la calle de Rennes o el bulevar Saint Michel. Y si no compré nada fue esencialmente porque en la tienda que visité la dependiente no daba abasto…
A ver cuanto tiempo aguanto sin comprar trapos o zapatos o complementos o… lo que sea…
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Ana… hay varios festivales de jazz en París, pero el de la Villette siempre pasa al principio del mes de septiembre.
A ver cuando vuelves..
¡Que suerte: todo un festival de jazz y Chucho Valdés!
¿Siempre es en este mes? Si es así tengo que programar alguna vez una visita a París en Septiembre. Un buen motivo para volver a pasear por La Villette.
¡Que mono tengo ya de tu tierra!
Hola Caol, sólo decirte que el blog cada día es más interesante, ¡que ganas de volver a Paris!, por aquí los sindicatos también están preparando una huelga general, motivos: subida de edad de jubilación y congelación de las pensiones; ya veremos como sale la cosa.
Un abrazo