A veces es preciso involucrarse en el movimiento social y decidí que este martes renunciaría al 1/30 de mi sueldo para hacer huelga y participar a la manifestación del día cuyo recorrido empezaba en la plaza de Italia para acabarse en la explanada de los inválidos tras pasar al pie de la torre Montparnasse.
Ese día también quise asociarme al grupo de mi instituto así que tras ubicar las instalaciones de los diferentes partidos de izquierda a lo largo del recorrido y admirar un rato la fantástica marioneta giganta del Teatro del Sol, caminé desde la cabeza del desfile hasta la plaza de Italia en donde encontré a mis colegas, esperando tranquilamente la hora de arrancar.
Confieso que tras pasar un largo rato esperando, di la vuelta de ese barrio que me sé casi de corazón y asi fue como entendí lo que pasaba. Eran muchos los grupos de alumnos de secundaria que querían participar a la manifestación y para evitar las tensiones que provoca la impaciencia, los sindicalistas adultos dejaron que se insertaran en el cortejo inmediatamente. Total mi grupito tuvo que esperar casi dos horas antes de arrancar. Pero cuando se enteraron del proceso, esperaron sin refunfuñar hasta las 16h30.
Mientras esperaba encontré a alguién que conozco por el circuito del deporte y tras intercambiar algunas noticias cada uno volvió a su grupito.
Tras recorrer los primeros quinientos metros, otro conocido de la zona de Montmartre, perdido en busca de algún grupo del distrito 18, vino preguntarme si sabía en donde encontrarlos.
En la esquina de los partidos políticos, me atrapó otro conocido con quién apenas pude intercambiar tres palabras para no perder mi grupo.
Y para acabar, mientras volvía tras llegar al final del recorrido, encontré a un viejo militante que conozco, en peligro cerca del metro Vavin y tras regalarle un café en el bar de la esquina me lo llevé rumbo a nuestra colina preferida.
Y yo digo que la probabilidad de encontrar a tanta gente en medio de esta multitud no puede ser tan grande y que al final París se parece cada día más a un gran pueblo…
El resto de la semana me dejó poco tiempo para disfrutar de mi querida ciudad.
El viernes empezaban las vacaciones escolares de Todos Santos y todavía no se sabe si son muchos los que se marcharon lejos de la capital.
Ayer y hoy en los mercados del popular distrito 18 varios grupos cosechaban dinero para los huelguistas que bloquean algunas instalaciones industriales. Confieso que me conmovió la solidaridad de esta gente que a pesar de ganar poco dinero, todavía encuentra tres duros para los camaradas.
De momento nadie sabe cual sera la evolución del movimiento tras el voto de la ley y con las vacaciones escolares pero los sindicatos anunciaron una nueva fecha de protesta el próximo jueves.
Luego os cuento 🙂
La victoria pertenece al más perseverante.
Napoleón I (1769-1821) Napoleón Bonaparte.
Saludos 🙂
Concetta
Animo en la lucha