¡Perdí el ritmo!

No vi pasar las dos últimas semanas…

Despues del fín de semana de Todos Santos y del cambio de horario, se juntaron varios elementos bastante deprimentes. Para empezar los días se acortaron bastante y ahora, cuando sales de la oficina ya es de noche. Y como si fuera poco, ya llevamos casi dos semanas seguidas con lluvia y este cielo de plomo bastante aplastante.

Las vacaciones escolares se acabaron el 4 de noviembre y el sábado tocaba una nueva manifestación sobre el tema de las jubilaciones.

Ya estaba peleando con el primer resfriado de la temporada pero no quise renunciar a esta nueva sesión de protesta.
Como uno puede imaginarlo, la gente empieza a cansarse. Pero a pesar de una lluvia a cántaros, la movilización siguió a un nivel bastante alto. Entre la plaza de la República y la Bastille, se veía una impresionante colección de paraguas y los carteles de siempre. Menos gente pero más determinada.

Por cierto, no supe escapar a esta lluvia ducha y eso empeoró mi resfriado. Y para que se instale de verdad, participé a otra acción militante bajo la lluvia el domingo por la mañana y eso acabó conmigo.
Pero también me dio la oportunidad de visitar varios bares de mi barrio y de observar los ambientes de estos sitios.
En el más popular, apenas llegamos a 6€90 con dos cafés, un leche con chocolate y un grog. En el otro me cobraron 5€50 por un café y un vaso de vino. Ambos resultan muy baratos si comparo con algunos sitios de zonas más turísticas. Pero lo bueno fue que en ambos sitios la gente vuelve a hablar de política…

Resfriado, frio, lluvia y cansancio…
Confieso que al principio de esta semana competí con mis gatas para estar al lado del radiador. Pero con el largo puente del 11 de noviembre, pude recuperar un poco.

El viernes por la mañana pasé por el universo subterráneo des Halles. Me impresionó la diferencia de frecuentación de la plaza cuadrada : casi desierta a las nueve de la mañana, la plaza albergaba mucho más gente a las 11 y media.

También pasé por el 104 en donde el otoño puso un toque melancolíco.

Ayer y hoy tocaba asistir a varias conferencias de historia, filosofía y sociología al lado del canal San Martin.

Entre las personas que escuché, me impresionó una extraordinaria septuagenaria cuya presentación, tremendamente concisa, evocaba elementos que mejoran la comprensión de la movilización actual.

Y para seguir adelante, la doña se nos regaló una fantástica invitación :

Identificar las contradicciones de la realidad ahora y aquí,
pensar los posibles
e inventar procesos de emancipación.

A ver si esta creatividad se materializa de alguna forma en la próxima fecha de movilización…