Ya se acaba el mes de Enero y todavía seguimos en un par de sitios con las iluminaciones navideñas…
Esta semana tuve la oportunidad de pasear por la zona de la Ópera y de los grandes almacenes al atardecer.
En la avenida de la Ópera me llamó la atención la presencia de varias tiendas que nunca había notado. Primero pude ubicar la nueva tienda de Pierre Hermé y comprobar que allí no venden los pasteles que tanto aprecio (sólo venden chocolates y macarones). Pero también noté varias pastelerías que aprovechan la moda de los macarones y una ubicación prestigiosa para atraer a los turistas y ganar dinero…
Tras recorrer este eje importante me metí en las tranquilas calles interiores de una manzana que alberga tiendas de lujo y teatros, comprobando una vez más que en algunos sitios la vida parisina resulta muy suave…
Luego, entre curiosidad y masoquismo puro, atravesé la planta baja de las Galerías Lafayette, requete concurrida por las rebajas. Si se veía poca gente en las casetas de las marcas de lujo, se notaba una gran agitación alrededor de los expositores de las demás marcas. Yo me cansé muy rapidamente ya que resultaba complicadísimo desplazarse sin pisar a otra persona. Así que seguí por la calle.
No sé cual será el balance de las rebajas de Enero pero por lo que pude constatar en las tiendas de la calle de la Chaussée d’Antin, la situación no es tan grave…
Tras esa inmersión en este universo tremendamente comercial, caminé tranquilamente rumbo a la plaza Pigalle, pasando por la calle dedicada a este escultor.
En esta calle inclinada que lleva suavemente al pie de la colina de Montmartre, son pocas las tiendas que bordean la ascensión y eso regala un respiro antes de enfrentar la vida nocturna de los locales de Pigalle.
Luego basta con llegar a la plaza de las abadesas para volver a un ambiente más ordinario de pueblo parisino.
Ayer conversaba con una empleada que repartía su tiempo entre dos tiendas de estética: una cerca de la Ópera, otra al lado del ayuntamiento del distrito 18. Decía que en la Ópera sólo veía a oficinistas de niveles variados, muy preocupadas por sus obligaciones profesionales y que casi ni le hacían caso. Y la chica apreciaba la clientela del otro barrio, más bohemia y más atenta en los intercambios.
A mi parecer eso cuadra de maravilla con las diferentes zonas de París: hay zonas de negocios o de atención a los turistas por un lado, y zonas más auténticas por otro… Todo es cuestión de momentos y de relación al tiempo…
A ver como aprovecho mis próximos días de libertad para perder el tiempo…
hola…me gusta mucho tu blog…me gusta leer sobre Paris, especialmente porq he estado ahi un par de veces, y mi sueño es residir alli…t escribia solo para felicitarte por tu gran trabajo, espero q lo sigas haciendo 🙂
Hola Caol, ¡Que envidia me dan tus largos paseos por Paris!, gracias por
compartirlos con nosotros.
Saludos y feliz semana. Mª Angeles