El pasado lunes se celebraba la San Valentín. Me hizo reir en el metro la cantidad de hombres incómodos por el ramo de flores desmedido de circunstancias. También me llamó la atención la cola en la puerta de una pastelaría.
A mi no me gustan las fiestas oficiales así que cité a un amigo de toda la vida que pasaba por París y tras cenar rapidamente en un restaurante anódino de la calle Daguerre, caminamos tranquilamente rumbo a la calle Vavin en donde se halla un café que mi amigo quería enseñarme.
El café cubana forma parte de los numerosos sitios parisinos que proponen un ambiente latino para atraer a la clientela pero este café destaca por su amplio fumadero.
Tener acceso a este espacio resulta bastante divertido porque enseña como los dueños esquivaron la ley que prohibe fumar en los lugares abiertos al público.
Para empezar tienes que pasar por el bar en donde te explican el proceso:
1- Te afilias a la asociación que explota el fumadero (así ya no es un lugar abierto al público sino un espacio privado)
2- pides lo que quieras en el bar y te ponen las bebidas en una bandeja.
3- Dejas tu DNI para llevarte la bandeja hacia el fumadero y allí te instalas donde quieras/puedas
4- Al marcharte tienes que volver a llevar la bandeja al bar si quieres recuperar tu DNI.
Lo de dejar el DNI es un truco muy astuto porque no se puede emplear a camareros en el fumadero y algo tenían que inventar para que los vasos se muevan entre el bar y el fumadero…
Visitar este sitio mientras mi amigo y yo dejamos de fumar unos meses atrás resultó bastante divertido y superamos la prueba sin problemas. La verdad es que el espacio es bastante agradable y más cuando casi no hay fumadores. Pero cobran un precio exagerado con el tema de la asociación y según parece te cobran la entrada cada vez que vienes…
Entre los demás momentos especiales de la semana, toca mencionar una charla super interesante con un consejal de París. El hombre hablaba de su permanencia semanal en el ayuntamiento y decía que más del 80% de las consultas se refieren al tema del alojamiento social.
Y a continuación decía que se sentía muy alegre porque había encontrado una solución para una familia de siete niños pero también precisaba que con la situación económica resultaba cada día más complicado.
Entonces hablamos de la repartición de los alojamientos sociales dentro de la capital y me enseñó que los distritos burgueses del Oeste parisino no cumplen con sus obligaciones legales.
Luego hablamos del tamaño de los pisos disponibles y de esa norma que impone disponer de un cuarto para cada niño y produce situaciones aberrantes…
Esa charla me hizo pensar a una nota que leí en una revista de sociología y que decía que la gente ya no viene a la ciudad para encontrar trabajo u oportunidades sino para escaparse de la desindustrialización, del paro, de la miseria o de lo que sea… y eso cambia obviamente la manera de vivir la ciudad
Pero por otro lado también se nota que ya llegaron las vacaciones escolares de febrero por la cantidad de gente que se marchó de la Capital…
¡París, tierra de contrastes!
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Muchas gracias por tus consejos Caol, cuando tome una decisión te lo cuento.
Besotes