El lunes de Pentecostés resulta cada año más caótico. Si el día ya no es festivo, muchas empresas imponen día de recuperación en esa fecha y al final la mitad de la población tiene día libre mientras la otra trabaja.
Yo tenía día libre y aproveché el tiempo soleado para pasear cerca del ayuntamiento de París. Constaté otra vez que devolver el velib en el centro puede resultar complicadísimo pero superé la prueba. Y pude disfrutar el ambiente relajado que se nota en los fines de semana alargados.
El martes todos volvieron a trabajar y retomaron el ritmo de siempre. Yo me marché a unos dos cientos kilómetros de París y me impresionó la tranquilidad de la ciudad que visité tan como los precios que constaté. Imagino que si fuera necesario me adaptaría a una ciudad de este tipo pero echaría mucho de menos mi querida ciudad de las luces.
Así que nada más volver, di una gran vuelta por mi barrio para recuperar el ritmo de siempre.
El sábado descubrí un sitio alternativo en una esquina de la calle de Belleville. Se llama cultura rápida y se presenta como cabaré popular. Según tengo entendido alberga la federación francesa de Slam (una forma moderna de poesía) pero el sábado se trataba de un concierto de jazz. El grupo de cinco músicos había adjuntado la plaza contigua al espacio del café y tocaba al aire libre. A pesar del viento y de la temperatura algo fresquita pasé un agradable momento escuchándolos.
Pero a las 23 los vecinos empezaron a quejarse del ruido y no hubo más remedio para los músicos que trasladar sus instrumentos hacia el interior del café, antes de seguir tocando.
No sé como se acabó la noche porque ya estaba pasando frío y me volví a casa.
El domingo por la mañana seguí mi exploración de los vide greniers. Me aviso una amiga que había uno en la avenida Parmentier y así es como descubri un sitio asombroso. Se trata de una antigua nave semi industrial que ya no sirve y este espacio albergaba una exposición efímera dedicada a space invaders.
Este artista callejero no forma parte de los que prefiero pero contemplar la yuxtaposición de todas las criaturas identificadas en París resultó bastante interesante.
En cuanto al vide grenier, reunía esencialmente gente del barrio y habían instalado una larga mesa en una de las aceras para celebrar una comida entre los vecinos.
Por la tarde visité el vide grenier de la calle Lepic y si también reunía gente del vecindario, se notaba el inimitable toque bohemio del barrio de Montmartre.
En cuanto a las compras de las pasadas semanas, tardaré un momento antes de instalarlas porque me propusieron un piso a 500 metros del mio y ahora estoy en los trámites del cambio…
A ver como arreglo el tema…
Que seas muy feliz en tu nuevo piso… y que tus gatitas se adapten fácilmente al cambio. Un beso.
Hola Franjavi. Me llegó la felicitación pero se perdió en el caos cotidiano. Te cuento más por mail.
Hola Caolilla:Te felicite, aunque no se si te diste por enterada.Ayer me acorde de ti, ya que Mauricio visito con el «cole» tu Merengue de Montmartre.Es un viaje de 5 dias de fin de curso.Te sigo con antecion.Haces bien, los cambios son para renovarse o morir. Veras que te digo, de vez en cuando.Un abrazo… de.Franjavi