Lo que más me llamó la atención en los últimos días fue el nerviosismo que constaté en muchas circunstancias.
Luna nueva, cansancio normal de los fines de trimestre, ansias de vacaciones… no sé cual fue la causa de los comportamientos que me asombraron pero lo cierto es que noté una cantidad importante de reacciones incomprensibles.
Creo que todo empezó con los dos días de mucho calor del principio de la semana (más de 30 grados). Aplastaron a los parisinos y son muchos los niños que usaron las fuentes de la capital para refrescarse. Confieso que me costó soportar el viaje en metro pero sobreviví.
El miércoles, ya volvimos a una temperatura más razonable pero todavía había cansacio y se notaban unas asombrosas reacciones epidérmicas. Yo aproveché este cambio para descansar un poco. Y al día siguiente pude descubrir un pequeño restaurante italiano muy presentable.
El sábado fue cuando tuve que hacer un viaje de ida y vuelta a 200kms de París. Cuando organicé eso, no pensé que se trataba del primer fin de semana de junio y entonces de las primeras salidas de vacaciones. Pero se me fue la distracción al llegar a la estación de Bercy: ¡Que de gente!
Faltó poco para que no tenga asiento en mi tren pero la suerte no dejó de acompañarme.
Al volver a París, el sábado por la noche, no se notaba la agitación de siempre. Lo cual demuestra que ya se marcharon muchos estudiantes y algunos parisinos.
Y ahora empiezan estas semanas que tanto aprecio…
Hoy en la colina de Montmartre, se notaba la llegada de los grupos de turistas del verano. El que más me divertió fue este grupo de mozas aglutinadas encima de una reja de ventilación del metro, justo al lado del Molino Rojo, para refrescarse.
Me costó encontrar una bici disponible pero lo conseguí y experimenté una vez más esta transformación de las distancias parisinas que provoca el velib…
No te quejes, guapa: por aqui superamos los 40 grados con frecuencia.
Sigue descubriendo lugares mágicos para compartirlos con nosotros. Ya te llevaré un abanico.
Un abrazo.
Me alegro de tener noticias tuyas, eres afortunada, por aquí estamos todos los días sobre los 36º.
Me has hecho recordar la experiencia que tuvimos JP y yo en esa rejilla, cuando se le rompió su paraguas que mantenía abierto porque estaba lloviendo, fue el día que nos vimos en Montmartre. No nos podíamos reir más.
Que disfrutes del mes de Julio como sólo tú sabes. Un besazo.