Ya se instaló el invierno y llevamos varios días con unos 7 grados y una humedad muy pesada que te congela solapadamente…
El martes fue cuando hice un largo recorrido al anochecer desde la plaza de Italia rumbo a Notre Dame. En esta parte del barrio latino, ya se notaban algunas preparaciones navideñas pero todavía no vi muchas iluminaciones.
Tampoco había mucha gente en las calles y en muchas tiendas, los comerciantes parecían muy aburridos. Pero todavía queda tiempo para las compras de Navidad y de momento varios almacenes te proponen por mail o por correos algunas ofertas privadas para mejorar su cifra de ventas.
Los días siguientes me llevaron a la zona universitaria del este de París. Una estación de trenes de cercanías a media hora de Notre Dame, un pequeño centro comercial… no sé como se puede vivir allí sin coche…
Así que el viernes por la noche sentí la absoluta necesidad de pasear por la calle Etienne Marcel y la plaza de las Victorias en donde se ven las tiendas de casi todas las marcas de moda, antes de volver en autobus.
El sábado fue cuando aproveché un tiempo agradable y el pretexto de comparar los precios de una lámpara de pie en varias tiendas para meterme en un agradable recorrido. Volví al bazar de la electricidad, al lado de Bastille, antes de visitar otra tienda muy cerca del Instituto del Mundo Arabe y de acabar en el BHV. Si la diferencia de precio se limita a un 5%, la diferencia de trato la compensa de sobra y la sonrisa del dependiente pelirrojo y sus consejos realmente acertados bien merecen un pequeño esfuerzo…
Este largo recorrido me dio la oportunidad de constatar que Notre Dame sigue atrayendo una cantidad increíble de visitantes. También había mucha gente en el BHV o en las calles del Marais y tuve la sensación que estas personas ya estaban con las compras de navidad.
París tierra de contrastes…
El domingo no pude resistir a la seducción del Gato con Botas y fui a ver la película en la gran sala del «Grand Rex», en donde proponen al principio de las sesiones, un espectáculo deliciosamente pasado de moda de fuentes, luces y música.
Y ahora toca enfrentar otra semana de demasiado trabajo 🙁
Suerte tuvise Maria José, al alojarte en la zona de Montorgueil.
Efectivamente esta zona tiene un montón de calidades de todas clases y forma parte de los lugares que enseño en uno de los recorridos que comparto con las asociación de los parisinos. 🙂
leía tu post de ayer y me decía no estoy de acuerdo, hasta que has llegado a Etienne Marcel, he regresado de Paris el 26 dspues de una estancia de 5 días, alojada en Tiquetonne con Montorgueil, así que mi visión de la animación y de la gente comprando era distinta hasta que hemos llegado a ese punto. Hemos disfrutado mucho en gran parte en gracias a ti y a tu página que no dejo de recomendar, la leo desde hace tres años cuando la hallé la anterior vez que visité Paris. Leer tu trabajo permite disfrutar de esos pequeños rincones que quizá pasan desapercibidos cuando vas pocos días, tú nos haces abrir los ojos con tus textos y con tus acertadas recomendaciones Hemos desayunado sano casero y barato en la acogedora Coquelicot, y me ha gustado mucho la pza. de Abbeses que la otra vez no ví, siento no haber visto a tu querido Monsieur de la Barre, ahí estuvimos torpes, por supuesto recomiendo a todo el mundo comer o cenar en el Boutillon Chartier, comida rica, asequible, ambiente alegre, servicio veloz, y precioso local, y muchos otros detalles más de los que hemos disfrutado a través de ti. Recomiendo encarecidamente, aunque tu te inclinas más por tu barrio, alojarse cerca de la rue Montorgueil, es una calle viva las veinticuatro horas del día, puedes comprar cualquier cosa , desde productos frescos a delicatesem enlatadas, y ademas tomarte tus copitas a final del día, los bares y restaurantes siempre están animados no es una calle de turistas es una calle que viven y disfrutan los parisinos. ESTUPENDA PÁGINA, muy currada en todos los sentidos y distinta a todas las guias de viajes que he leído hasta ahora, tiene como esa calle alma y vida.No digo que volveré a Paris porque desde que descubrí tu trabajo no me voy, de vez en cuando entro y me doy una vueltecita sin rumbo fijo por me llevan tus vericuetos. Enhorabuena.