Se acabó la pausa de semana santa.
Cuando retomé el camino de la oficina, mi autobus de siempre me regaló una chispa de fantasía: por las obras de rehabilitación de la plaza de la república, abandonó el recorrido normal y pasó por la orilla del canal Saint-Martin. Un toque romántico al despertar siempre viene bien 🙂
Por la noche quise descubrir el ambiente de un mitin electoral y pasé por el gimnasio parisino que albergaba la cita del día. Me impresionó la arquitectura sobria y funcional de este edificio construido al final del siglo 19. En cuanto al mitin, si permite cultivar el apoyo de los militantes y simpatizantes, dudo que convenza a los demás. A mi me encantó la invitación a la insurrección ciudadana :-))
Entre política y trabajo, también pasé varios ratos buscando macetas para florecer mi balcon. El objeto en sí no es tan importante pero es un estupendo pretexto para recorrer París y descubrir sitios nuevos.
Para empezar descubrí una tienda de florista que se halla en uno de mis recorridos de siempre. Suelo pasar por la otra acera en donde hay varias tiendas que me gustan y nunca había notado este florista.
Luego visité una zona que conozco pero que no es tan familiar y descubrí a una doña exquisita que propone una selección acertada de plantas, macetas y objetos.
Pero el mayor descubrimiento ocurrió en una calle que ubico perfectamente pero que nunca recorrí detenidamente. Total descubrí un lugar totalmente improbable que la misma dueña define como «un espacio industrial habitado por las plantas». En este antiguo taller, las plantas conviven con objetos de diseño, de todos tamaños y de todos precios.
Estos tres sitios venden las macetas de tejido que estaba buscando y encontré los modelos que quería.
Fueron muchos kilómetros pero creo que merecía la pena.
Y ahora toca prepararse al largo domingo electoral frances.
Luego os cuento.
es chevere irse de viaje y conocer toda la fauna que tienen otros paises.