Tras una semana celebrando las palabras en una pequeña ciudad de las orillas del Loira, con sol incluido, la vuelta a París resultó bastante brutal. Viento, cielo gris y una temperatura de quince grados… esta primavera tristona tiene pinta de otoño.
El tema electoral sigue invadiendo el espacio público ya que ahora tocan las elecciones legislativas. Curiosamente, son muchos los que no entienden bien el papel de los diputados y consideran que basta con elegir a un presidente. Pero globalmente la gente ya se cansó de los debates políticos.
Se celebrará la segunda vuelta el próximo domingo y luego podremos hablar de otros temas.
Lo bueno de las elecciones es que en esas fechas uno puede descubrir el interior de las escuelas que albergan los colegios electorales. Así es como pude descubrir el fresco que adorna la sala de deportes de la escuela que se halla al lado de mi casa. También pude admirar los árboles del patio principal y el diseño del patio segundario.
Pero eso no fue el único descubrimiento de la semana.
Al acompañar a una amiga, visité una tienda de instrumentos musicales y me asombraron los horarios de apertura. El cierre de medio día ocurre entre 13:30 y 14:30 y resulta un horario perfecto para atender a los empleados que se escapan de las oficinas para ir de compras en vez de almorzar…
También hicimos una corta parada en una nueva heladería italiana de la calle du roi de sicile, suficiente para recomendar los productos de la casa «pozzetto».
Si todavía son tres semanas antes de las primeras salidas de vacaciones, ya se nota que se acerca la fecha.
En varios lugares, anuncian obras veraniegas y son muchas las asociaciones que organizan fiestas de fin de año en los barrios.
Si ya llegaron los turistas y si ya me mandaron varias solicitudes de paseos, de momento no pude meterme en estos recorridos que tanto aprecio. Pero faltan pocos días para que vuelva a pasear con visitantes…