Para este fin de semana había apuntado un montón de acontecimientos que me interesaban pero no pude dar abasto.
El viernes fue cuando empezó la fiesta de mi nuevo barrio. Instalaron una escena delante de la iglesia y por la noche, los jovenes del barrio organizaron el espectáculo. Slam, hip hop, … si no son estilos que aprecio mucho, por lo menos juntaron una gran cantidad de jóvenes y eso es lo esencial.
Al día siguiente, mientras se organizaba la gran marcha del orgullo gay en la orilla izquierda del Sena, yo contemplaba el desfile mucho más modesto de los niños del vecindario, vistiendo de naranjo, de rojo o de negro y con cara pintada.
Por la noche, el grupo Barbès Café se instaló en la escena para un gran concierto, evocando la historia de la inmigración argelina. Y la verdad es que había muy buen rollo.
Mientras la gente seguía durmiendo, entablé un largo recorrido rumbo a la plaza Colonel Fabien en donde se hallaba un carro de doce metros de alto y tres toneladas. Se celebraba el festival de India y organizaban un desfile muy colorado desde esta plaza rumbo a Chatelet.
Pero había muchas cosas por hacer y como el carro no se movía, seguí caminando.
Al lado de la plaza, pasé un rato en el mercadillo del barrio de la Grange aux Belles, con músicos incluidos. El canal Saint Martin, liberado del tráfico automóvil, invitaba a pasear…
Pero seguí una calle perpendicular, rumbo al Marais.
Primer día de Julio, primer domingo de las rebajas… las calles del barrio del Marais estaban abarrotadas y tras visitar las dos tiendas que me interesaban, me escapé.
Este domingo se acabó en la Villette, admirando un espectáculo increíble del coreógrafo Philippe Decouflé.
El jueves toca otro espectáculo, luego os cuento. 🙂