Este fin de semana se celebraba la fiesta de las vendimias en la colina de Montmartre. Ya asistí a varias ediciones y entre la cantidad de cosas por hacer, la lluvia y el frio de la tarde, no tenía la intención de admirar el desfile. Pero los azares de mis peregrinaciones del día me llevaron al sitio en donde se formaba. Y poco despues pasé al lado del recorrido del desfile.
Confieso que la visión de esta automóvil descapotable y de su conductor muy digno con su paraguas abierto me alegró la tarde.
Por la noche, la lluvia se paró un rato y pude constatar que las calles rodeando el sagrado corazón estaban a tope de gente: algunos probando los productos regionales de las casetas instaladas en esta zona, los otros atraídos por el fuego de artificio. Si conseguí salir de este atasco peatonal, necesité casi 15 minutos para recorrer 200 metros.
En el otro lado del bulevar Barbes, los artistas de la goutte d’or organizaban las puertas de oro. Algunos presentaban su trabajo en sus talleres, otros aprovechaban la hospitalidad de comercios, bares o galerías.
Yo visité cinco lugares de exposición.
En la tienda del florista de la esquina, los colores de su instalación otoñal aplastaban las creaciones expuestas.
El enmarcador de mi calle acogía en su taller a un estimable señor remodelando mapas para inventar algunos territorios nuevos.
En el echomusee presentaban una exposición muy interesante de fotos dedicadas al momento de la comida.
En la tienda contigua, cinco personas presentaban su trabajo y había muy buen rollo.
En la bodega del barrio, topé con un humorista muy muy famoso y el ego de esta persona no dejaba mucho espacio para los demás. Así que saludé al dueño y me marché.
¡Mala suerte!
Holaaa ¡cuánto tiempo llevaba sin visitarte en tu web! Aquí las cosas están tan revueltas…. Pero ¡que casualidad que el día que entro a leerte me encuentro tu post sobre la fiesta de la vendimia! El año pasado en estas fechas, estábamos allí, disfrutando contigo del desfile y el colorido de Montmartre y la Goutte d’or.
Ahora vivimos una dura época de recortes y no es una ocasión propicia para gastar en viajes, pero ¡¡¡nos morimos de ganas por volver!!!
Gracias por dejar que, mientras soplan nuevos vientos, podamos disfrutar de París a través de tus ojos y tus palabras. Un abrazo de los dos.
Maria Angeles, la mala suerte también se refería a la lluvia para la fiesta de las vendimias 🙂
Maria José, no se visita el depósito de agua por cuestiones de seguridad (ya pregunté y eso me contestaron). Pero son tantas las cosas interesantes…
Hola Caol, proximamente voy a regresar a Paris, deseo felicitarte por tu valioso blog guía, en esta ocasión quiero pasear el otoño por Montsouris, no encuentro información a cerca de cómo visitar el depósito de agua, pues me llama mucho la atención. Gracias.