En algunas circunstancias surgen unos momentos surrealistas. Eso ocurrió el pasado miércoles, cuando el consejo de barrio organizó una reunión acerca de los jardines. No es que el tema no sea interesante y yo como otros pienso que los jardines forman parte de los equipamientos colectivos de las ciudades. Pero entro todos los problemas que tienen que enfrentar los habitantes, la invitación a sembrar flores al pie de los árboles pareció algo irrisoria.
Sin embargo, al transformar la calle invadida por los vendedores callejeros en jardín, resolveríamos casi todos los problemas de sus vecinos. Y al sembrar cannabis, podríamos conseguir que los vendedores de droga se convirtieran a los cicuitos económicos cortos… 😀
Ayer por la mañana volví a encontrar a algunos de los organizadores del consejo de barrio al lado de mercado de l’Olive. Pero es que el alcalde de París, Bertrand Delanoë, pasaba por el barrio para apoyar la lista de su sucesora, la franco-española Anne Hidalgo. Yo preferí no detenerme…
Hoy hice un largo reccorido desde la Goutte d’or, rumbo al Carroussel del Louvre, sin mapa pero solicitando mi brújula mental 🙂
En el palacio Brongniart, antigua sede de la bolsa de París, presentaban la moda del invierno 2014-2015 para los hombres, mientras algunos enterados visitaban la casa Kenzo en la calle Vivienne.
Yo seguí rumbo a los jardines del Palacio Real. Los árboles ya no tienen hojas, las fuentes no funcionan y están vacías, pero la estatua del pastor con su cabra sigue llevando palomas…
Luego pasé un gran rato en las tiendas del Carroussel del Louvre. Si no encontré el póster que buscaba, me dejé seducir por varios carillones. Pero tras instalarlos en casa, tengo la sensación que las gatas desaprueban estas compras, y eso que compré un modelo pequeño especialmente para ellas. Ya veremos si se acostumbran 🙂