¡Vendo sandalias, jamás usadas! 🙂
Agosto de 2014 regaló 11 días de lluvia y 107,3mm de agua a los parisinos. Y el clima fue muy parecido en mi refugio de Borgoña. Así que no estrené las sandalias y me llevé el impermeable 🙂
Este año, la vuelta a París resultó bastante brutal. Los andenes de la pequeña estación de Bercy estaban invadidos por los viajeros de varios trenes. No quise meterme en el metro enseguida y decidí tomar un taxi.
El conductor, turco, llevaba tres días con este nuevo empleo. Antes trabajaba en una empresa de confección ubicada en «la pequeña turquía» (Así se llama la zona alrededor de la puerta Saint Denis en donde vive la comunidad turca) pero la competencia china le llevó a reciclarse. Ahora, tras pasar un año estudiando la geografía parisina en la escuela de los taxistas, alquila el coche y la licencia a una empresa y para ganarse la vida, no tiene otra opción que pasar 11 horas diarias en el coche, seis días a la semana. ¡Vaya programa!
Yo volví a mi ritmo de siempre tranquilamente.
Los niños siguen de vacaciones y son muchas las personas que no reemprendieron el trabajo. Los adultos aprovechan estos últimos días para preparar la vuelta a los estudios o al trabajo comprando detalles en los almacenes de bricolage…
El jueves por la mañana, constaté que los bomberos del cuartel Landon estaban nadando en las aguas turbias del canal Saint Martin. No sé si se trataba de una preparación física o de una novatada pero el espectáculo asombró a varios transeuntes.
Ayer visité por primera vez el almacén creado por la comunidad Emmaus al pie de las torres de Flandes. Me impresionó este espacio en donde cuidaron la presentación para proponer prendas y muebles de segunda mano muy baratos.
Y hoy constaté que la fiesta del dios Ganesh atrae cada vez más gente. Pero con gusto me sumergí en este ambiente festivo.
A ver como superamos la semana de todas las vueltas 🙂