Tres años atrás, cuando creamos la asociación de usuarios de la estación de metro Château Rouge, no imaginaba que nuestra acción reivindicativa provacaría tanto caos aunque temporalmente.
En aquel entonces se trataba de conseguir que la RATP (compañía parisina de metro y autobus) haga las obras necesarias para crear un segundo acceso a la estación Château Rouge. Los comercios que se hallan alrededor de este punto atraen a una clientela que procede de toda la región parisina y cuando llegan los sábados, bajar hacia los andenes o subir hacia la calle resulta realmente complicado por la cantidad de gente que se aglutina en su pequeña sala de acceso.
El alcalde ya llevaba varios años explicando que el problema se resolvería con la creación del « Mercado de los cinco continentes ». Pero la población se cansó de estas promesas incumplidas y varias centenas de personas apoyaron la demanda de nuestra asociación. Total la RATP estudió las posibilidades, constató que este segundo acceso también podía servir para los turistas que visiten Montmartre y al final entablaron las obras.
En este barrio indócil en donde la gente cruza el bulevar Barbès cuando y donde le da la gana, ahora hay una zanja de unos cientos metros rodeada de vallas en el espacio de los carriles centrales. Y como si fuera poco, instalaron una base de vida para las obras al lado de la salida del metro y también la rodearon de vallas. Así que poco espacio queda para pasar en medio de los vendedores callejeros…
De momento la estación sigue abierta y al atardecer caminar por esta zona se convierte en auténtica pesadilla para los peatones. Pero dicen que dentro de unos meses tendrán que cerrar la estación por completo e imagino que la situación se volverá peor todavía. Y si todo pasa bien dentro de dos años tendremos una nueva sala de entrada con dos accesos distintos.
Cuando ocurra podremos celebrar el éxito de la asociación. Pero de momento prefiero disimular que formé parte de los que readactaron sus estatutos…
Y mientras tanto tenemos que aguantar el caos.