Para bien empezar con esta nueva semana, quise ver de nuevo las pantallas gigantes de la calle del Mail y pasé por la calle Montmartre. En realidad casi todos los editores de tejidos que tienen una tienda en esta calle participaron en esta instalación y ese día noté una variedad de estilos que no había pillado el pasado viernes.
Desgraciadamente este estupendo espectáculo se acabó el lunes y cuando pasé de nuevo por allí el martes al amanecer, habían quitado toda la instalación.
La curiosidad de ese día apareció en el escaparate de una mantequería de la calle de Rochechouart.
Tendré que volver allí de día para probar los productos de esta tienda…
También tuve la oportunidad de pasear por el distrito XVII y de recorrer la larga calle Legendre y la calle de los Monjes. Alrededor de la iglesia des Batignolles, las tiendas y los bares me llevaron a pensar que los inquilinos tendrán muy buena vida 🙂
En todos los barrios los parisinos ya están hartos del estado de emergencia, de los militares controlando cada esquina y de los policías super estresados que abusan de las sirenas. En las estaciones colgaron carteles para explicar lo que uno tiene que hacer si ocurre un ataque terrorista, pero en algunos almacenes, los vigilantes ya dejaron de controlar todos los bolsos. Y varias asociaciones organizan una manifestación para protestar contra la prolongación de esta situación supuestamente excepcional.
Yo tenía varias compras por hacer y visité varias tiendas muy tranquilamente. La frecuentación de los almacenes es relativamente inegal y creo que el problema es sobre todo cuestión de dinero.
Ayer llegó una ola de lluvia que quita las ganas de salir de casa.
A ver cuanto tiempo sigo sin caminar…