Hubo mucha comunicación en la capital gala acerca de este acontecimiento europeo y como me interesa descubrir los inventos de los artistas/artesanos que presentan su trabajo, dediqué un gran rato a visitar algunas tiendas/talleres.
Para empezar, pasé por la calle en donde Charlotte Castanier cuelga sus criaturas y pude admirar sur última creación. Seguí rumbo al mercado de las pulgas y constaté con una decepción que la tejeduría anunciada en el programa estaba cerrada. Total, volví a mi barrio en donde habían organizado un recorrido con mapa para descubrir una docena de sitios.
Mi primera parada fue en la galería Wenge en donde la creadora Amira Sliman diseña y fabrica joyas. Hoy la galería también albergaba a la ceramista Tulin Diker que presentaba algunas piezas caladas muy bonitas.
Luego pasé por la tienda instalada en la calle des Gardes para enseñar en un sitio único el trabajo de varios artesanos del barrio. Allí vi un vestido de malla diseñado por Marcia de Carvalho, joyas de Fanny Kachintzeff, zapatos de Maurice Arnoult, bolsos de Dognin… pero lo que más me gustó fue un vestido diseñado por Francine Faleu y seguí rumbo a la tienda siguiente para descubrir su trabajo.
En este sitio me explicaron que las telas son fabricadas en Africa del Oeste, que utilizan tinturas naturales para conseguir los colores principales de las prendas y que los demás dibujos son pintados sobre el tejido. Las creaciones, de muy buena calidad, me parecieron muy acertadas y los precios, aunque elevados, no son inasequibles. Por suerte sólo tenían prendas de talla 34, así que no me arruiné 🙂
En la otra acera, no visité los talleres de zapatos y de bolsos, cuyos precios no son compatibles con mi presupuesto, y pasé por la tienda de Fabrice Daigremont, arquitecto de interior/diseñador. Ya había mirado su escaparate pero hoy pude explorar el contenido de su pequeño estudio/taller y la verdad es que noté varios detalles interesantes. Entre las cosas que más me gustaron mencionaré una pantalla de lámpara y unas cortinas muy bonitas.
Y eso fue mi última parada del día.
Luego tocaba instalar mi modesto balcón para que las gatas puedan broncear.