No pude resistir a las ganas de probar la cocina vasca que proponen en el trinquete de París. Así que llamé a uno de mis amigos caminantes para compartir la experiencia.
Habíamos quedado en la estación de tranvía “Pont de Garigliano” pero nos encontramos por casualidad en la estación “Porte d’Orléans” e hicimos el viaje en tranvía juntos.
Al pasar el puente de Garigliano constaté que la crecida del Sena ya llegaba al nivel de la salida del parque André Citroën. Así que no se podía repetir el paseo de la pasada semana. En la orilla derecha, el rio había invadido el paseo inferior pero no llegaba hacia la calle.
Pronto llegamos al trinquete y después de enseñar las instalaciones a mi amigo, entramos en el restaurante.
Me dejé tentar por un axoa de ternera con un vaso de vino de Irulegui y mi amigo me imitó. Luego pedimos el inevitable pastel vasco con un café. El sitio no es barato, pero nos deleitamos y la nostalgia tiene su precio.
Luego seguimos por la senda 2024 rumbo a la puerta de Auteuil.
Al lado del Parque de los príncipes me impresionó la cantidad de policías y de vigilantes movilizados para el partido del PSG contra el equipo de Montpellier, pero no nos detuvimos.
A partir de la puerta de Auteuil, la senda 2024 atraviesa el hipódromo de Longchamp. Nada más entrar es preciso pasar por un túnel antes de seguir un camino serpenteando rumbo al extremo norte de las instalaciones. De paso uno puede admirar las tribunas y constatar que están en obras. También se ven varios espacios acondicionados para que la gente pueda disfrutar de la parte central. En el extremo norte, no se veían muchas personas en la piscina. Pasamos por otro túnel y llegamos a la muy burguesa puerta de Passy en donde uno de los concejales comunistas impuso la creación de un centro de acogida de los sin domicilio. 🙂
Luego la senda nos llevó rumbo al bosque de Boulogne. En este punto las informaciones de la libreta son algo imprecisas y las marcas difíciles de encontrar. Así que decidimos seguir por la orilla este del lago inferior.
Volvimos a encontrar las marcas cuando llegamos al extremo norte del lago inferior, pero pronto desaparecieron y tuvimos que improvisar otra vez.
Finalmente encontramos otras marcas cerca de pabellón de Armenonville, pero como no coincidían con las indicaciones de la libreta, dejamos de buscar la senda 2024 para seguir rumbo a la puerta Maillot.
Lo bueno es que pasear por el bosque de Boulogne resultó muy agradable y tengo ganas de explorar esta zona más detenidamente. Lo malo es que, con una señalización y una libreta tan imprecisas, seguir la senda se transforma pronto en una pesadilla a no ser que seas un experto en cartografía.
A ver si el tramo siguiente resulta más fácil.