Caminando

Esta semana fue preciso salir con paraguas, pero entre dos chaparrones pude pasear por varios lugares del distrito XX.

Para empezar, pasé por la plaza de la salamandra, escondida en medio de una manzana. Allí los niños estaban aprovechando los juegos instalados en el recinto del jardín, mientras los adolescentes estaban reunidos en una de las esquinas exteriores.
A continuación, pasé por la plaza Vitruve, un pequeño espacio totalmente mineral que se halla al pie de las torres Saint-Blaise (32 pisos) y Giralda (38 pisos). En este lugar que tiene una de las densidades de población más alta de Europa, apenas vi a dos personas…

Al día siguiente, pasé por la pequeña calle Galleron y constaté que rodea una pequeña plaza arbolada que no tiene nombre. Lo mismo pasa con la pequeña plaza que comunica la calle Pierre Bonnard. En ambos sitios, sólo faltaba una terraza de café para disfrutar el atardecer.

Siguiendo rumbo arriba, llegué a la plaza Martin Nadaud, en donde dos artistas pintaron la calle con largas rayas, lo cual transforma el espacio que utilizaban los coches en una zona peatonal y festiva.
Pero la plaza que más me gustó es la pequeña plaza Joseph Epstein en donde la fuente Wallace, vestida de amarillo, da un toque muy alegre al espacio.

Ayer no salí de los barrios periféricos de París porque no tenía ganas de topar con uno de los grupos de rebeldes que pelean con la policía. Dicen las noticias que los chalecos amarillos son cada vez menos, pero yo veo cada día más escaparates tapados por tablas de OSB.
Me perdí por la zona comercial que crearon en el bulevar Mac Donald y al volver pasé al pie de la torre Boucry y sus 30 pisos.

Hoy caminé rumbo a la calle Botzaris en donde una asociación organizaba un gran mercado de segunda mano a lo largo del parque des Buttes Chaumont. Recorrí metódicamente la instalación, ida y vuelta, pero no encontré muchas tentaciones.
Quise volver en autobús, pero por las obras y por la reforma de las líneas de autobuses, tuve que cambiar de camino.
Ya llevamos una semana con la red reformada. Mi autobús de siempre no fue impactado pero para muchos parisinos, algunos cambios tienen consecuencias importantes. Yo solo tuve que actualizar la aplicación que tengo en el móvil.

Y ahora toca preparar el día de los trabajadores.

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