Al acabar el precedente paseo por la pequeña cintura, sentí mucha frustración porque fueron muchas horas caminando para descubrir unos tramos finalmente bastante cortos. Así que seguí buscando informaciones acerca de los tramos accesibles y reservé tiempo para visitar dos secciones que me parecían muy interesantes.
La primera se halla en el distrito XX y tiene una de sus entradas en la calle de Ménilmontant, al nivel de la calle Sorbier. En este punto, una escalera permite bajar al nivel de los carriles y descubrir un espacio de 5000 metros cuadrados abierto en noviembre de 2018. El tramo público se acaba al nivel de la calle des Couronnes, en donde empieza un largo túnel.
Este pequeño espacio, escondido al pie de altos edificios, proporciona sombra y fresco, dos cosas muy agradables cuando una ola de calor maltrata la ciudad. Antaño, la gente podía pasar por el pequeño puente para cruzar el espacio de los carriles. Pero ahora, el puente permanece cerrado y es preciso atravesar el jardín para seguir la calle de la Mare.
De momento, este jardín no tiene mucha vidilla ya que lo primero que hicieron los vecinos fue tapar los espacios privados que miran hacia el jardín. Pero imagino que dentro de unos meses algunos voluntarios organizarán un jardín compartido para mejorar la convivencia.
La segunda sección que visité se halla en el distrito XVI y fue abierta en 2007. Empieza al lado de la antigua estación de “La Muette” y camina rumbo a la antigua estación de la puerta de Auteuil, por una zanja que bordea los bulevares de Beauséjour y de Montmorency, por un lado, y los altos edificios del bulevar Suchet, por el otro.
A pesar de llevar una docena de años de existencia, este tramo tiene poca frecuentación. Pero la estructura que acondicionó este espacio ya tuvo tiempo para instalar carteles que proporcionan informaciones muy interesantes acerca de los suelos, de los árboles y de los animales que viven en esta zona.
Y la vegetación también pudo desarrollarse y en algunos puntos, uno olvida totalmente que se halla en París.
En la puerta de Auteuil, todavía hay obras, pero ya hicieron una callecita que te lleva al café instalado en la antigua estación. Pasar un rato en la terraza de este establecimiento fue un gran momento de sociología, con observaciones conformes a las que hicieron Michel Pinçon y Monique Pinçon-Charlot en sus diferentes libros 🙂
Luego seguí caminando rumbo a la iglesia de Auteuil, pero pronto me cansaron estas calles si vida y subí en el primer autobús que pasaba para marcharme de esta zona.
Hoy, con gusto recorrí el bulevar de Charonne y el bulevar Voltaire, en donde organizaban ventas de segunda mano y de antigüedades. Por lo menos había vida 🙂