A pesar de la extensión del confinamiento paradójico, el virus siguió progresando por todas partes…
Entonces los cerebros que gobiernan Francia explicaron que era preciso cerrar las escuelas para evitar que los alumnos compartan sus virus y los regalen a sus familiares. Y para que la medida sea aplicada, anunciaron que se adelantarían las fechas de las vacaciones de primavera.
El jueves por la noche, el presidente en persona anunció que la gente podría juntarse con su familia para la fiesta de Pascua, pero a partir del sábado por la noche, tendría que quedarse en el lugar elegido para el confinamiento. Y para los que tendrían que viajar el domingo o el lunes, las autoridades se portarían con indulgencia.
Entonces tenemos otra vez una serie de instrucciones contradictorias y finalmente, cada uno hace lo que le da la gana.
Personalmente seguiré aprovechando la posibilidad de teletrabajar para quedarme en mi pequeño pueblo de Borgoña y recorrer los caminos del vecindario, contemplando los panoramas que regala esta zona.
¡Hasta pronto!