El año 2021 no fue muy generoso con los días festivos del mes de mayo. El uno y el ocho cayeron un sábado y el primero con restricciones de desplazamiento. Así que sólo quedaban dos puentes: el largo fin de semana de Ascensión y los tres días de Pentecostés (para los que siguen beneficiando del lunes festivo).
Entonces los parisinos aprovecharon este largo puente para marcharse de la capital y pasar unos días con sus familiares o donde sea.
En mi pequeño pueblo de Borgoña, varias familias esperaban a sus “parisinos”. Todos constataron la llegada de los primeros turistas de la temporada, algo despistados por la continuación del cierre de muchos comercios.
Yo no hice el viaje de ida y vuelta a París. Y tampoco tomaré el tren de esta noche. Pero tengo muchas ganas de pasar de nuevo dos días en la ciudad de las luces.
Mientras tanto, sigo reformando mi modesta casa, escogiendo cositas en un sitio de segunda mano y contemplando las flores de mi patio ajardinado.
¡Hasta pronto!