Después de varias temporadas de restricciones en cuanto a la cantidad de personas que uno puede acoger dentro de su establecimiento, los dueños de bares y restaurantes aprovecharon la posibilidad de instalar terrazas de madera en la acera o en las plazas de aparcamiento para seguir trabajando. Durante la primavera y el verano, eso dio a la capital un toque relativamente alegre y transformó algunas calles en terrazas gigantes, con gente por todas partes.
En una ciudad que tiene la densidad de construcciones de París, con pisos cada día más pequeños, estas terrazas proponen espacios de convivencia imprescindibles para compensar las largas horas de teletrabajo solitario. Por cierto, en algunos lugares el ruido de las charlas y de las risas molestan a los vecinos que tienen que madrugar. Pero la experiencia resulta globalmente positiva.
Pero ya llegó el momento de desmontar estas instalaciones temporales y anuncian multas para los okupas atrasados a partir de mañana😊
Lo cierto es que esta operación necesita bastante tiempo y un buen destornillador eléctrico 😊
Para los dueños de bares y restaurantes, la siguiente fase consistirá en solicitar un permiso formal de ocupación del espacio público, con pago de las tasas asociadas. El Municipio proporciona una web que permite describir la instalación deseada y calcular la tasa que corresponde. En mi modesta calle de categoría 4 (no tengo ni idea de lo que significa), una terraza de 2 metros por 10 cuesta unos 2000 euros al año. No me parece exagerado.
Por cierto, espero que también desmonten las terrazas de la plaza de los pintores, para que podamos admirar de nuevo esta encantadora plaza de la colina de Montmartre…
De momento, son muchas las personas que aprovecharon las vacaciones escolares para marcharse unos días lejos de la capital y a mi me toca estar de servicio. Si no hay mucha gente en la planta en donde se halla mi despacho, por las vacaciones o por el teletrabajo, no tengo tiempo para aburrirme.
Lo bueno es que la asociación de los parisinos vuelve a tener demandas de paseos por la ciudad y a mi me tocaron dos citas con viajeros.
¡A ver si recuerdo los recorridos que dibujé por la ciudad!