Sigo explorando el distrito XIII y ese día quise descubrir la zona que se halla entre los bulevares exteriores y la Gran biblioteca, pasando por una calle paralela a la avenida de Francia.
En esta parte del distrito XIII, lo primero que se ve es una sucesión de edificios que albergan una parte de la universidad Paris VII, una escuela de arquitectura, otra de arquitectura y un instituto de administración de las empresas. También quedan algunas grúas porque todavía no construyeron todos los edificios de plan de ordenación concertada.
Más adelante se ven edificios de oficinas y otros de viviendas, con el imprescindible supermercado, algunos restaurantes y una librería. Y toca mencionar la presencia de unos desgraciados árboles, conformes con el programa de lucha de cambio climático, pero encarcelados en medio del asfalto y padeciendo de la canícula.
Al salir de esta larga calle, me acerqué del rio Sena, para recorrer las calles que se hallan en la parte baja de esta zona. Descubrí un conjunto de edificios que albergan empresas innovadoras en el sector de las biotecnologías. Bautizaron el conjunto “Biopark” y el centro de la manzana “Jardín del Biopark”.
Este jardín es un espacio sin asfalto en donde plantaron 32 árboles, rodeado de edificios cuyas fachadas sirven de soporte para varias plantas trepadoras y que sirve esencialmente de pasaje entre dos calles.
Yo tenía otra idea de lo que es un jardín, pero admito que cuando hace mucho calor, la sombra de estos árboles es bastante agradable.
Al salir de este sitio, encontré una bonita escultura mural.
No sé si se trata de una rata o de un hurón, pero encontrar este animal en frente del Biopark me pareció muy gracioso.
Luego llegué a otra zona de obras y no pude llegar a la orilla del Sena. Así que preferí seguir en metro y aplazar las demás exploraciones.