El paseo de la semana me llevó a una zona del distrito XV en donde varios proyectos de transformación urbana necesitan obras impresionantes. Por un lado, se trata de eliminar el amianto de varios inmuebles administrativos del ministerio de agricultura, pesca y alimentación. Y por otro se trata de transformar el uso de algunos edificios para adaptarlos a las nuevas maneras de trabajar y de vivir en la ciudad.
En medio de este caos algunas cosas parecen preservadas, como las dos callecitas privadas que uno puede admirar desde la calle de Alleray.
Y también conservaron la callecita sin salida que llaman “Square Vergennes”.
Yo descubrí este sitio años atrás, al participar a uno de estos juegos de pistas organizados por algunos parisinos enamorados de su ciudad.
Este rincón parisino se halla en el número 279 de la calle de Vaugirard y entre otras cosas, alberga una casa construida en 1932 por el arquitecto Mallet-Stevens, para el cristalero Louis Barillet, con quien colaboraba con frecuencia porque fabricaba vitrales con motivos Arte Deco.
Se trata, como en la calle Charles Weiss, de una construcción con talleres en las plantas inferiores y una vivienda en la parte superior. Pero aquí también hay una parte redondeada para albergar las oficinas.
Esta casa fue maltratada por uno de sus propietarios que rompió el estilo de la fachada. Pero en 1991 fue cuando fue declarada monumento histórico y su rehabilitación le devolvió su fachada inicial.
Cuando pasé por allí, no se veía mucha actividad, y pude admirar tranquilamente este edificio y su línea vertical de vitrales.
También pude recorrer este tranquilo callejón sin salida en donde casi no se oye el ruido de la gran ciudad…