Navidad, Año Nuevo y hoy Epifanía… Se acabaron las fiestas y sus exageraciones comestibles (con los kilos extras asociados…) y el camarero se queda solito detrás de la barra.
Ahora tocaría enunciar algunas buenas intenciones a nuestro alcance.
Tras pensarlo un rato y vacilar entre cumplir o no esta costumbre, escogí una buena intención que me cae bien:
¡Ralentizar!
Aproveché esas dos semanas de vacaciones para restaurar unos viejos muebles y realizar varias manualidades. Estas actividades necesitan paciencia y tiempo, y casi siempre se requieren los consejos sabios de algún manitas. Al fin y al cabo estas tareas proporcionan muchas satisfacciones.
Sólo falta preservar tiempo y espacio para eso… 🙂
Pasado mañana volveré a París… A ver si consigo conservar este ritmo.
Me alegro de que hayas pasado unas magníficas vacaciones; acabo de enterarme del atentado y me he acordado de tí, lo siento muchísimo.
Buena vuelta al trabajo. 1 bs