No hay duda, se acerca el invierno. Ya llevamos varios días con apenas 5 grados pero por lo menos pudimos ver un trozo de cielo azul con sol y doña luna se dejó admirar un par de veces.
En el cine de mi barrio, presentaron la tercera y última obra de los encuentros del « Magreb de las películas ». Titulada « Los embajadores » y rodada en 1975, cuenta la vida cotidiana de los argelinos instalados en el barrio de la Goutte d’or. Trabajos duros, habitaciones superpobladas y agresiones repetidas de la población local que llega hasta el asesinato…
Si muchas cosas mejoraron, todavía queda mucho camino por hacer.
El viernes pude asistir a un debate acerca del trabajo los domingos.
En París el tema de ampliar las zonas de actividades turísticas, en donde los comercios pueden abrir todos los domingos, forma parte de las cuestiones de actualidad y me interesaba escuchar a los conferenciantes invitados.
Para empezar, una concejala de París presentó el trabajo realizado por la misión creada por la alcaldesa sobre el tema.
Resulta que ya funcionan 80 mercadillos y que 59000 personas ya trabajan todos los domingos.
Entre las siete zonas turísticas que ya existen, la del viaducto de las artes no tiene éxito. Además la mayoría de los turistas que pasan por París viaja con operadores turísticos que programan las visitas conforme con los horarios y días de apertura. Y ni los turistas ni los parisinos tienen un presupuesto sin límite.
Entre los empleados de los comercios, son muchas las mujeres solas con niños. Para ellas, trabajar los domingos significa gastar el extra de ese día para el cuidado de los niños y perder la posibilidad de compartir tiempo con ellos.
Al fin y al cabo, el trabajo de los domingos no presentaría tantas ventajas como anuncian en la prensa.
El conferenciante siguiente trabajaba como inspector del trabajo antes de jubilarse. Compartió con nosotros varias anécdotas de su vida laboral antes de precisar varios conceptos acerca del código del trabajo.
Y por último escuchamos a una representante sindical de los empleados de un gran almacén. Explicó que cuando se ampliaron los horarios de apertura, no hubo nuevas contrataciones. Los empleados del almacén tuvieron que suplir la ausencia de personal y, tras unos meses, la dirección declaró que la experiencia no era rentable y volvió a los horarios anteriores.
Por cierto, todo eso es una reseña cortita de todo lo que contaron los conferenciantes. Pero aprendí varias cosas y quise compartirlas con vosotros.
Hoy, domingo, en la zona turística de los Campos Eliseos, todas las tiendas estaban abiertas. En la parte baja, instalaron casitas blancas y había un caos de gente.
Volví a casa corriendo…