El lunes 1 de septiembre había cola en la taquilla del metro para comprar el abono mensual o semanal. Años atrás autoricé transferencias automáticas para librarme de esta pesadilla. Pero la permanencia de estas colas demuestra que son muchas las personas cuya inseguridad económica no les deja otra opción.
Por la noche, al escuchar la conversación de dos « intermitentes » del espectáculo que comparaban sus contratos del verano, se confirmó la sensación de la mañana. Pero al mismo tiempo, las terrazas de la calle de la Roquette estaban a tope de clientes.
Al día siguiente tocaba la vuelta al colegio y, por la mañana, una gran cantidad de adultos estaban acompañando a sus niños.
Los azares de mis peregrinaciones me llevaron hasta la zona de Odéon. También había colas, pero esta vez, para entrar en las salas de cine.
La gente que frecuenta este barrio parece a salvo de los problemas económicos y las charlas son muy diferentes de las que se escuchan en los barrios populares. Y en esta búrbuja favorecida, no se ven sin domicilio fijo y son muy pocos los mendigos.
Yo visité la tienda que Arnaud Larher instaló en esta zona antes de marcharme corriendo rumbo al sur de París.
El viernes tocaba pasear entre la plaza de Italia y el jardín de las plantas. Muchas tiendas, pocos clientes y algunos comerciantes constatando que la temporada otoñal empieza muy lentamente.
Ayer muchas asociaciones de mi distrito presentaban sus actividades en el nuevo gimnasio construido al lado de los carriles de la estación del Este. El Municipio había reservado el pequeño tren que lleva a los turistas por la colina de Montmartre para transportar a los habitantes entre el ayuntamiento y este lugar y había mucha gente. Entre las clases de gimnasia sueca, la capoeira o los talleres de teatro, cada uno podía encontrar algo a su gusto y el ambiente me pareció muy acogedor.
Luego pasé por el 104 en donde organizaban una venta privada en la pequeña nave mientras los jóvenes del barrio seguían practicando sus secuencias de hip hop. Me paré un buen rato para mirarlos y algunos me impresionaron.
Me encanta constatar que se apoderaron de este sitio