El lunes fue cuando Francia se enfrentó a Nigeria. Yo estaba en un consultorio cuando resonó un gran clamor y el médico, argentino, me miró con compasión antes de explicarme que el bar de la planta baja era de los nigerianos. Pero nada más salir, los parroquianos del local me explicaron que el árbitro había invalidado el gol.
No podía detenerme así que no supe más acerca del resultado antes de volver a casa.
De paso constaté con alegría que algunos sitios habían contestado a la polémica identitaria armada por la extrema derecha colgando las banderas de sus dos países.
El lunes Francia ganó, Argelia perdió y descolgaron la bandera argelina.
El viernes Francia perdió y cuando pasé hoy constaté que también habían descolgado la bandera gala.
Se perdió el entusiasmo pero el barrio no retomó su ritmo cotidiano.
El pasado domingo fue cuando empezó el ramadán. En verano, los días de ayuno se hacen interminables y las noches demasiado cortas para comer y dormir. Pero de momento todos aguantan este ritmo muy peculiar.
A tres manzanas de mi casa, una asociación instaló una carpa en un jardín efímero para distribuir comida a quien lo necesita. Mientras tanto, en las tiendas de mi barrio se ven derroches de preparaciones y pasteles…
En el resto de la capital empezó la temporada turística alta y ya me llegaron cuatro peticiones de paseos para el mes de Julio.
El viernes fue cuando aproveché una tarde libre para enseñar la colina de Montmartre a una visitante argentina. Fuimos a tomar un café en el bar de Amélie antes de descubrir y probar la última creación de Arnaud Larher : pasteles en forma de playeras… ¡Riquísimos!
Los turistas ya invadieron la plaza de los pintores pero todavía no conocen todos los rincones de la colina…
Hoy organizaban un mercadillo en la calle Caulaincourt (que marca el límite Norte de Montmartre). Cuando pasé al medio día, bajo la llovizna, no había muchos clientes así que pude conseguir un muy buen precio para un pequeño espejo convexo y ya lo coloqué.
Y como ya hice los 10000 pasos del día, ahora toca descansar un poco.