La semana pasada seguimos con las vacaciones escolares de febrero, lo cual significa menos gente en la ciudad pero más trabajo para los que se quedan…
A duras penas sobreviví a la presión laboral. Pero como suelo ir a destiempo, disfruto unos merecidos días de vacaciones desde el viernes por la tarde.
Este paréntesis empezó por un largo recorrido con té de menta y pasteles argelinos.
Sobra decir que en la comunidad norteafricana de París, todos siguen las noticias con muchísima atención.
Algunos consideraron casi desde el principio que vencería la ola revolucionaria y cuando los encuentro en el kiosco de prensa de mi barrio, sé que ya llevan varias semanas juntando diarios de todas clases pero comentando los acontecimientos, como si estuvieran construyendo una memoria de la historia en marcha.
Pero la mayoría de la gente comunica sus inquietudes acerca de la parte de su familia que está en el otro lado del mar mediterráneo y se pasa el tiempo colgada al teléfono.
De momento no hay más remedio que esperar para ver como evolucionan las cosas…
Mi paréntesis personal siguió con una sesión de cine cerca de Bastille.
Este sábado, la plaza de la revolución francesa me pareció muy tranquila pero la verdad es que entre el frio y la lluvia, era difícil encontrar la motivación para salir de casa.
Todo cambió al día siguiente cuando un bonito sol de invierno alegró la tarde del domingo.
Así es como encontré la energía para visitar una de mis pastelerías preferidas. Desgraciadamente estaba cerrada pero eso me dio la oportunidad de descubrir la sesión de «vide-grenier» organizada en las aceras de la calle Caulaincourt.
Esta calle marca el límite norte de la zona requete protegida de Montmartre. Si en otros lugares se exponen esencialmente trastos en la acera, aquí se notaban productos globalmente de muy buena calidad. Pero es que los feligreses de la Butte Montmartre tienen un buen nivel social y eso influye lo que proponen cuando se disfrazan de vendedores.
Por suerte conseguí recorrer ambas aceras sin comprar cualquier cosa :-)))
Y para bien aprovechar esos días de libertad, hice una lista de todo lo que quería hacer…
Luego os cuento.
Este blog me parece ideal. Enhorabuena!
Soy una gran admiradora de París y lamento estar tan lejos, así que cuando siento nostalgia de esta ciudad, recurro a este blog-milagro que siempre tiene la virtud de mostrarme cosas nuevas, para mi, calmando mi sed de recorrer las calles de París con mi cámara.
Mi agradecimiento más sincero para quien o quienes lo hagan.