El pasado lunes me fui corriendo porque quería ver como se celebraba la fiesta de la música.
Al pie de la colina de Montmartre, al lado del metro Anvers, encontré un grupo improbable bautizado «fanfare kimbanguiste».
Más abajo, un hombre con una voz muy bonita cantaba canciones con música grabada.
Pero en varios sitios, la fiesta se limitaba a algunos altavoces emitiendo música.
Yo me paré en los jardines del Palacio Real en donde anunciaban un concierto 100% femenino con tres cantantes diferentes.
Así es como pude descubrir a Madjo, una gran chica sencilla, tocando guitarra, presentando sus canciones con sus cómplices, demostrando el placer del canto a varias voces.
Luego tocó la actuación de Amparo Sanchez que no conocía y que no me entusiasmó. Pero es que esperaba la llegada de la diva Buika y la verdad es que regaló al público parisino un momento realmente estupendo.
Tras este momento mágico, quise volver caminando para digerir las notas que todavía rondaban por mi cabeza y disfrutar de París de noche.
Al día siguiente, exploré las agencias inmobiliarias de mi barrio con una amiga y la verdad es que se quedó espantada al enterarse de los precios. Yo ni siquiera miré…
Tras este momento de puro masoquismo, empezamos un nuevo itinerario que empieza en el Palacio de los Congresos. Caminamos rumbo a la colina de Montmartre y descubrimos de paso, en medio día, un sitio argentino muy divertido en donde pasamos un rato muy agradable.
Las escaleras de Montmartre acabaron con nosotras y decidimos aplazar la siguiente etapa de este nuevo recorrido.
Todavía no conseguí ordenar todas mis fotos de Estambul pero voy por buen camino :-)))