Este año el 15 de agosto es un miércoles y los parisinos aprovecharon la circunstancia para marcharse de la capital.
La semana se escurrió perezosamente y hoy disfruto de los últimos momentos de tranquilidad.
En la plaza del mercado, hay mesas libres en la terraza del café.
En las calles, casi no hay tráfico.
Los comerciantes tienen todo el tiempo del mundo y la gente va sin prisa.
Mañana ya volverá una parte de los veraneantes y la suave sensación de indolencia de la semana mágica se desvanecerá…