Ya llevo varios días despertando de madrugada y aproveché el hecho de no tener prisa para coger el primer autobus de la línea que pasa al pie de mi casa.
Misma hora, misma línea, misma gente… e incluso mismos asientos.
Y entonces empecé a divagar: ¿Que pasa cuando uno se atreve a ocupar otro asiento ?
¿Refunfuñan?
¿Se enojan?
¿Se instalan sobre los muslos del desconsiderado a modo de castigo?
Contemplé el panorama y encontré las respuestas: en realidad todos estaban semi durmiendo y cogiendo el bus como sonámbulos, no tenían otra opción que dirigirse hacia el mismo asiento.
Total reembalé mis delirios matutinos y me perdí en algún diario…