París ya lleva varios días con temperaturas espantosas.
El año pasado, ya tuvimos una semana de este tipo y mantener mi piso a una temperatura soportable fue bastante complicado.
Este año la canícula me pilló en mi casa de Borgoña y si las temperaturas también son espantosas, no es tan complicado encontrar un lugar fresquito, y más aún cuando tienes bodega de viticultor en la casa.
Yo pasaré varias semanas lejos de París, reformando mi casa y cuidando mi pequeño jardín, con la idea de borrar el estrés del confinamiento y de cargar las pilas para enfrentar tranquilamente los próximos desórdenes parisinos.
¡Y a la nueva gatita, le parece perfecto!