Siempre se aprecian los primeros rayos de sol de la primavera, pero últimamente el sol exagera un poco y ya llevamos varias semanas con pocas lluvias y temperaturas superiores a 20 grados, incluso de noche.
Por suerte, trabajo en un edificio de alta calidad medioambiental en donde tenemos una temperatura constante de 19 grados. Y varios colegas renunciaron temporalmente al teletrabajo para disfrutar esta comodidad. Pero cuando se acaba la jornada laboral, es preciso enfrentar el calor de la grande ciudad.
Si seguí paseando al atardecer, confieso que escogí casi siempre las aceras con sombra y, de paso, encontré algunos oasis urbanos en donde la temperatura es más fresca.
Tuve una primera sorpresa en el distrito XIX, al pie de un edificio cuya fachada se parece a un jardín vertical: en la acera se notaba el fresco creado por esta vegetación. Diseñado por la agencia Mac Architecture, el edificio alberga un hotel de 62 habitaciones que se llama “la belle ville”.
Más adelante, el gran parque de las “Buttes Chaumont” también proporciona una temperatura más fresca y se nota incluso al recorrer la calle Botzaris que bordea su parte superior. Son muchos los parisinos que se instalan en los céspedes. Yo prefiero contemplar la parte norte de la gran Ciudad.
Tuve otra grata sorpresa en el distrito XIII, al recorrer la larga avenida de Choisy. En esta calle bordeada de edificios de gran altura, varios alineamientos de tilos protegen el paseante del sol.
Más adelante, en la parte baja de la calle Mouffetard, varios árboles protegen terrazas de bares y restaurantes. Para los vecinos de esta zona, la vida parece bastante suave.
Por los precedentes episodios de canícula, ya instalé persianas que protegen mi piso del sol directo. También instalé ollas de barro en las macetas de mi balcón para regar las plantas sin malgastar el agua. Y así consigo que mi piso parezca casi fresquito cuando vuelvo de un recorrido por las calles parisinas.
Al pie de mi balcón, los jardineros de la ciudad instalaron un peral ornamental, pero tendré que esperar todavía varios años antes de beneficiar de su sombra.