Caminatas

La estancia de tres canarias en París me dio la oportunidad de hacer un largo paseo entre semana por la colina de montmartre. Al pasar por la calle Joseph de Maistre descubrimos una señal insólita…

¿Prohibido aparcar para las nubes?
No sé si eso será el mensaje que imaginaba el autor de este dibujo pero me parece muy adecuado para el otoño parisino. Desgraciadamente las nubes no se enteraron…

Subir, bajar, subir, bajar… Para borrar las agujetas del recorrido por la colina, hice otro recorrido desde la porte d’Orléans rumbo al bulevar de Montparnasse.
Calle Boulard, el amigo que me acompañaba no encontró el taller de serigrafía en donde trabajó antaño.
Bulevar Raspail, constaté que la tienda de muebles de olmo macizo también había desaparecido 🙁
Pero el distrito 14 sigue albergando gente de clase media y superior y se nota al mirar las tiendas, las maneras de moverse o de hablar en la calle y en un montón de detalles de todas clases.
Allí fue donde encontré el escritorio que buscaba: una mesita de segunda mano que me costó 25€. Me esperaba en la primera planta de un edificio interior. Piso pequeño, sitio tranquilo… pero prefiero el bullicio de mi barrio abigarrado.
Por cierto, el traslado de esta mesita fue toda una aventura pero superé la prueba y ahora ya está instalada 🙂

Ayer, entre dos sesiones de compras, topé con un grupo parado en frente de un escaparate de tejidos africanos y escuchando a una guía transportando un libro titulado «Africa en París». Quizás compre este libro pero de momento seguiré paseando al azar. Y para daros envidia, aquí viene una foto de la plaza de los pintores librada de las terrazas de los restaurantes 🙂

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Una respuesta en “Caminatas

  1. ANA dijo:

    Celebro que por fin hayas encontrado el escritorio que buscabas. De lo productiva que te resulte esta compra, seguro que disfrutamos todos tus seguidores 😉
    Gracias por compartir la plaza du Tertre sin turistas, ¡me encanta! Pese a que yo soy una de esas pesadas que han contribuido a robar la bohemia de este lugar, es un lujo poder verla así. Va a ser cuestión de plantearse una visita en invierno…

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