Fiestas por todas partes

Este fin de semana, organizaban fiestas por todas partes, como si se tratara de suavizar el fin de las vacaciones.
Entre los distritos X y XVIII, celebraban la fiesta del dios Ganesh. En el distrito XX, en la plaza de la Réunion, se trataba de la fiesta de los “Griots” y alrededor de la ciudad, proponían una fiesta de la “pequeña cintura”.

Ya asistí a varias fiestas de Ganesh, y varios Griots cantan al lado de mi casa, así que preferí aprovechar la fiesta de la pequeña cintura para explorar algunos tramos abiertos excepcionalmente al público.

La visita empezó en el puente de la calle Didot que se halla encima de la zanja del ferrocarril. En este punto, instalaron una amplia escalera temporal para que la gente pueda bajar al nivel de las vías. Y para que el paseo sea agradable, llenaron el espacio entre las vías con virutas de madera.

La verdad es que este espacio es impresionante por la cantidad de plantas y árboles que se desarrollaron en ambos lados y por la variedad de cantos de pájaros que se puede escuchar.
También pude admirar un antiguo edículo muy bien decorado por algún artista callejero. Dicen algunos que daba acceso a las Catacumbas y que ya lo condenaron. Yo preferí seguir caminando.

Este primer tramo de casi un kilómetro me llevó a la antigua estación de Montrouge. Mas adelante había una reja y preferí volver a la superficie para buscar el tramo siguiente.

Encontré este nuevo tramo al lado de la plaza de Rungis.
Curiosamente el acceso rumbo al Oeste estaba abierto y seguí los paseantes que entraban en un largo y oscuro túnel ferroviario.
Caminar a ciegas pronto resultó complicado y fue preciso usar la lámpara de los móviles para seguir adelante en este tramo de unos quinientos metros. Pero merecía la pena…

Luego seguí por un segundo túnel interminable que me llevó… a la reja de la estación de Montrouge.
Yo no estaba de ánimo para volver atrás así que estudié la técnica de los jovencitos para franquear la reja. Como no me parecía insuperable, me arriesgué a imitarlos y pude volver a la plaza de Rungis para seguir la exploración rumbo al Este. Pero el camino se acabó en el jardín de la Poterne des Peupliers.

Sé que acondicionaron otros tramos de la “pequeña cintura” y serán otras visitas y otras sorpresas.

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