Hace poco aparecieron en mi autobús de siempre varios carteles recordando reglas básicas de convivencia en los transportes colectivos.
Uno recuerda que es preciso validar el tiquet, otro que algunos asientos se reservan para personas mayores, …
El que más me divertió fue el cartelito precisando que en el autobús sólo se admiten dos cochecitos y que si llega uno extra, tiene que ser plegado.
Esta regla la memoricé porque el otro día llegó un tercer cochecito y su dueña no quiso plegarlo. Entonces el maquinista, bastante testarudo, se quedó en la parada y tocó más de 20 veces el correspondiente mensaje vocal:
Para la comodidad de todos este autobús no puede acoger más de dos cochecitos. A partir del tercero, tiene que ser plegado. Gracias por su comprensión.
Sugerí que la chica no sabía plegar su cochecito y propuse que la ayudaramos pero no hubo manera.
Tras tocar el mensaje unas veces más el maquinista se resignó y arrancó.
Unos días despues escuché el primer discurso realmente inteligente sobre el tema.
En general la gente se queja de la falta de educación o de civismo de las poseedoras de cochecitos y a eso se añaden consideraciones más dudosas ya que la mayoría no son de raza europea… Pero ese día mi estimable vecina planteó el tema de otra manera.
Nada de consideraciones moralistas sobre comportamientos inadecuados en un contexto colectivo, sólo una nota práctica sobre el tema de la seguridad…
A ver si la RATP se apropia este tipo de planteamiento en su manera de comunicar…
Hola Caol, veo que estas aqui de nuevo. Bienvenue, me llamo M.José y estaba preocupada por ti. Lo de los cochecitos es una nueva moda, aqui en España ha empezado hace unos años. Cuando yo tuve a mis hijos no quedaba mas remedio que plegarlos, y reconozco que era un número de circo plegar el coche y atender a los niños. Hasta pronto.