Explorando

La semana empezó bajo un sol agradable y aproveché esta mañana libre para caminar rumbo al distrito 17. En la plaza Pigalle, abandoné los bulevares para pasar por unas calles más tranquilas y así es como descubrí el Carmen.
Instalado en un edificio del siglo XIX, este club nocturno no forma parte de los sitios que suelo frecuentar. Pero cuando pasé por allí, sobre las 10 de la mañana, estaban acabando el proceso de limpieza y para borrar los excesos de la noche, puertas y ventanas estaban abiertas de par en par. Total pude echar un vistazo a su planta baja y descubrí un espacio totalmente rococó que me hizo alucinar. Dicen que aquí fue donde Bizet compuso Carmen (y de allí el nombre del sitio) pero también dicen que el edificio fue un lujoso prostíbulo…
Yo no pienso averiguar como usan las diferentes plantas del edificio 🙂

Unas cuadras más lejos, encontré la casa en donde falleció el señor Zola, supuestamente asfixiado.
Pero abandoné el distrito 9 para seguir por los bulevares des Batignolles y de Villiers.

Hice otro paseo matutino el miércoles.
Cuando pasé en el bulevar de la Villette, todavía estaban instalando el mercado.
Cuando llegué a la calle de Belleville, dos misioneras invitaban a descubrir la biblia mientras una prostituta esperaba a algún cliente.
Y cuando llegué a la plaza de la nación me metí en el metro.

Al atardecer pasé por la calle del Faubourg Saint Denis para visitar una tienda que propone productos de Mauricio y de la isla de la Reunión.
Eso fue mi último paseo «normal» ya que al correr para coger el autobus me torcí el tobillo, y si el maquinista me esperó antes de arrancar, embarqué con el delicioso dolor de los esguinces.

Mi médico me dio unos días de baja y hoy ya llevo cuatro días dando pequeñas vueltas en mi barrio, requete lentamente.
La buena noticia es que entre los pasteleros a mi alcance, uno se ilustró al ganar el premio de mejor pastelero de la región. Así que hoy fui cojeando hasta su tienda para probar una de sus preparaciones y merecía la pena.
Mañana vuelvo a la oficina. Por suerte hay un autobus directo entre mi casa y mi trabajo y no importa si me lo pierdo, esperaré al próximo :-)))

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