Chapoteando

Estos últimos días el cielo se puso guasón, regalando alternativamente rayitos de sol tentadores y chaparrones que te congelan. Si eso me quito las ganas de callejear, me dio la oportunidad de probar el café del número 45 de la calle des Francs Bourgeois y de saborear un chocolate caliente riquísimo.

El mismo día tuve que visitar la estación Saint Lazare y una vez más me impresionaron las transformaciones que constato cada vez que paso por una de las estaciones parisinas.
Saint-Lazare alberga los trenes de cercanías que comunican el Oeste de París y los trenes interregionales que llevan a las playas de Normandía. Su clientela tiene globalmente más dinero que la que se ve en otras estaciones y se nota en un montón de detalles.
Para empezar, su triste nave transversal fue transformada en un centro comercial de tres plantas en donde todas las marcas de moda tienen su tienda.
En una de las plataformas, instalaron un piano de acceso libre y cuando pasé, un grupito alentaba al músico del momento. Supongo que eso será una manera de inyectar una parte de humanidad en medio de este templo del consumo.
Mientras esperas la llegada de algún tren, puedes sentarte y pedalear en frente de una mesa alta con enchufe. No sé si el esfuerzo físico produce la electricidad del enchufe pero imagino que será otra manera de tener la conciencia «verde» tranquila a buen precio…
Por suerte tenía un libro interesante en mi morral y la espera se hizo muy corta. Mi cómplice del día llegó y si nos costó encontrar la salida hacia la calle, con gusto nos escapamos de este lugar.

Durante el resto de la semana, disfruté la relativa tranquilidad de las vacaciones escolares: menos gente en el trabajo, menos gente en los transportes y casi exclusivamente dibujos animados en el cine de mi barrio…
Por suerte presentaban la última obra de Bill Plympton, «les amants électriques», y pasé un excelente rato.

Hoy me quedé con las gatas, contemplando el balanceo de las primeras flores de la madreselva bajo el viento y la lluvia. Las plantitas del trueque verde ya empiezan a crecer…

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