Semana corta

El lunes de Pentecostés es un día raro. Fue un día festivo hasta 2004. Luego fue transformado en día trabajado en beneficio de la solidaridad nacional y a partir de 2008 fue de nuevo un día festivo, cada empresa escogiendo libremente el día de solidaridad nacional.
Ahora el 30% de los franceses trabajan ese día mientras los demás (y yo entre ellos) disfrutan de un fin de semana alargado.
En París determinar cuales comercios permanecen abiertos es un tema complicado y si apartas las zonas turísticas internacionales (en donde abren 365 días al año), no tienes más remedio que mirar los carteles o preguntar con antelación. En mi barrio, los supermercados estaban abiertos, así como la tienda de electrodomésticos pero el frutero se otorgó un fin de semana alargado…
Yo aproveché este día para recibir una nevera nueva por la mañana y llenarla por la tarde 🙂

El martes, la ministra de medio ambiente tuvo la buena idea de visitar nuestra estimable institución. Eso provocó varias molestias pero también una situación muy divertida : la policia impidió que la gente pasara por la entrada principal, así que el director general adjunto se quedó fuera con los sindicalistas 🙂

El resto de la semana se nos regaló diluvios, claros y un día veraniego.

Aproveché una mañana sin lluvia para pasar por el distrito 9 en donde encontré una magnífica puerta de hierro colado que todavía no había notado.

El viernes cerraron la estación de metro de mi barrio por obras hasta el mes de agosto del 2017. Cuando pasé por allí, constaté que de momento eso no tenía consecuencias sobre la frecuentación de las tiendas de la zona y las ventas callejeras. Pero no sé como la gente se adaptará a este cambio a lo largo de los 14 meses anunciados.

Ayer, día veraniego, había gente por todas partes.
En el gran bulevar que pasa al pie de la colina de Montmartre, encontré un sinfín de turistas así como parisinos aprovechando el sol para pasear o ir de tiendas. En la plaza de Clichy, la tienda de jardinería estaba a tope de clientes, algunos probando las tumbonas y otros escogiendo una barbacoa…
Yo aproveché este tiempo suave para probar un restaurante con terraza cerca de la iglesia Saint-Bernard y fue una grata sorpresa.

Y hoy tenemos lluvia de nuevo.
¡Mala suerte para la asociación que organizaba una mercadillo de los vecinos!

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