Se acercan las fiestas de fin de año y todos vamos escudriñando las cifras de la covid y las noticias acerca de la variante ómicron.
Entre mis colegas, son muchos los que planearon viajes sea para juntarse con la familia, sea para salir de la gran ciudad y pasar unos días en los montes. Entonces se trata de vacunarse, hijos incluidos, para conseguir el pase sanitario y limitar los riesgos.
Como si fuera poco, anunciaron huelgas de ferrocarriles y las perspectivas de viaje se volvieron enseguida más complicadas. Pero incluso los sindicalistas necesitan vacaciones y aplazaron el movimiento.
Total, pude viajar tranquilamente hacia mi casa de campo, con las gatas y mi portátil profesional, para unas semanas de trabajo a medio tiempo.
Nada más llegar, una de mis colegas me informó que había sido diagnosticada como positivo para Covid-49 y tuve que hacer una prueba por si había transportado el virus sin saberlo. Por suerte resultó negativo, pero por lo menos me dio la oportunidad de comprobar que seguir el recorrido de este virus es requeté complicado.
De momento, ya pude hacer algunos recorridos por los senderos y sin mascarilla.
Ahora solo falta hacer algunas compras y saborear algunos platos navideños.
¡Hasta pronto!