Ya que se acerca la hora de acoger a no sé cuántos visitantes en la capital de los juegos olímpicos y paralímpicos, me parece oportuno contar algunos de estos momentos especiales de la vida parisina.
Empezaré por una buena sorpresa. Ese día en mi autobús de siempre, el maquinista estaba escuchando música y el tema de este grupo me recordaba algo, pero no conseguía adivinar. Así que me acerqué al maquinista para preguntarle el nombre de este grupo y resulta que se trataba de un disco de los hermanos Brecker que tengo en casa y que sonaba el tema que prefiero. No podía tener mejores condiciones para viajar hacia mi oficina.
Seguiré con un concepto importante: el precio de la distracción. Hay distracciones de todos tipos y de consecuencias variadas. Entre las pequeñas distracciones, mencionaré el olvido de llevarse una botella de agua. Al pie de tu residencia, encontrarás una botella de un litro de agua por menos de cincuenta céntimos. Pero en la estación de tren o en cualquier sitio turístico, necesitarás varios euros.
Otro momento interesante ocurre cuando surge algún problema en la red de transportes públicos. El otro día, mi autobús de siempre, eléctrico, no tenía bastante batería para acabar su circuito. Entonces abandonó a sus viajeros en cualquier lugar ubicado entre su circuito normal y su itinerario para volver al garaje de los autobuses…
Y espero que todas las obras pendientes se acaben antes de los Juegos. De momento, la jefatura dice que los habitantes de Paris tienen que registrarse y conseguir un QR código para atravesar algunas zonas cerradas por causa de Juegos Olímpicos. Pero resulta difícil medir el impacto de estas medidas sobre el cotidiano laboral y peatonal. Y si fastidia demasiado, muchos trabajadores pedirán vacaciones durante los juegos.
De momento, toca seguir disfrutando la ciudad y aprovechar los días soleados para pasar un rato agradable en un de los 730 jardines públicos de la capital. El de la foto se halla en el distrito XV y se llama Square Necker y proporciona bancos con sol o sombra.
Pero todavía queda tiempo antes de los Juegos y seguiré explorando la gran ciudad.