¡Uno de mayo, día internacional de los trabajadores!
Aproveché un rayo de sol para comprar el muguete tradicional a unos camaradas y participar a la charla política del día. Luego me dejé caer hasta Bastille, punto de salida de la gran manifestación parisina.
Cuando pasé por allí, todavía había espacio en la plaza pero la calle del Faubourg Saint-Antoine ya estaba a tope de gente. Dicen que 65000 personas participaron a esta manifestación y eso me parece conforme con lo que vi. Pero también noté un ambiente entre apagado y tristón, y las últimas medidas «asumidas» del primer ministro franco-catalán no mejoran las cosas…
Pasé dos horas pateando en medio del desfile antes de marcharme por una calle perpendicular, rumbo a la pastelería del barrio 🙂
Aproveché los días siguientes para pasear e ir de tiendas.
Para empezar pasé de nuevo por los jardines de los archivos nacionales. Exploré todos los rincones y la tranquilidad de este lugar me encantó otra vez.
Luego visité la zona des Halles y constaté con alegría que la canopea ya empieza a tener buena pinta, que los parisinos ya se apoderaron de la parte accesible de los jardines y que la estatua que tanto me gusta se ve de nuevo…
También visité varias zapaterías pero ya no se hacen zapatos de cuero que aguanten la lluvia…
Hoy tocaba participar con un grupo de amigos al mercadillo que organizaban a tres manzanas de mi casa.
Alquilamos un espacio de dos metros de ancho, instalamos mesitas para presentar nuestras cosas y pasamos todo el día regateando…
Si no conseguimos vender todo lo que presentamos, por lo menos encontramos clientes para varios objetos improbables. Yo vendí una garrafa en forma de tucán, otro colocó un elefante de madera y no menciono los demás trastos…
Si no nos forramos, por lo menos podremos comprar algunos botes de pintura para seguir reformando el local de nuestra asociación.
Y ahora toca descansar un poco antes de enfrentar otra larga semana de tres días…